Agencias Bilbao

La tragedia de la inmigración volvió ayer a escribir su crónica negra al naufragar una patera que causó la muerte de 21 subsaharianos y la desaparición de otros nueve inmigrantes. A este suceso hay que unir dos nuevas víctimas mortales tras el asalto en la madrugada de ayer de la valla en Melilla. Se da la circunstancia de que es la segunda patera que naufraga en las aguas del Sahara Occidental en menos de una semana y de que la valla vuelve a estar de triste actualidad tras más de siete meses de calma.

Un total de 21 cuerpos sin vida de presuntos inmigrantes clandestinos de origen subsahariano eran encontrados a primera hora de la mañana de ayer en la costa de Foum El Oued, cerca de El Aaiún, principal ciudad del Sahara Occidental, tras hundirse la embarcación con la que pretendían alcanzar las costas de las islas Canarias. Se estima que el número de víctimas puede ser mayor, pues la embarcación que naufragó cuando intentaba alcanzar las Islas Canarias transportaba a un total de 37 ilegales, de los que siete sobrevivieron.

Los primero cuerpos fueron descubiertos hacia las 6.15 horas (hora local) en una zona situada entre la costa de Foum El Oued y la ciudad de El Mersa, 20 kilómetros al oeste de El Aaiún

Siete personas que consiguieron llegar a la orilla a nado dos guineanos, dos gambianos, dos ghaneses y un senegalés informaron de que formaban parte de un grupo de 37 clandestinos que viajaban a bordo de una embarcación con la que se dirigían hacia las Canarias. Los cuerpos de los fallecidos fueron sido trasladados a la morgue del hospital Mulay Hassan Ben Lmahdi, en El Aaiún, mientras que continúa la búsqueda de los desaparecidos. Al lugar de los hechos se han desplazado el wali de la región de El Aaiún, Draiss Charki, además de responsables locales y de protección civil.

Por otro lado, la valla de Melilla se cobraba dos víctimas mortales. La Guardia Civil investiga si el inmigrante subsahariano que perdió la vida de madrugada durante un asalto masivo a la frontera de Melilla con Marruecos fue tiroteado, a la vez que el Gobierno ha negado que lo ocurrido se deba a una avalancha, ya que «sólo» participaron entre 50 y 70 personas. Según las fuentes, uno de los refugiados falleció en la noche del domingo al lunes al intentar saltar la valla que separa Melilla de Marruecos, aunque la policía española estudia la posibilidad de que haya recibido un disparo desde el lado marroquí. Otro africano perdió la vida del lado marroquí en circunstancias que no fueron aclaradas.

El delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández Chacón, afirmó que una de las hipótesis que se manejan en la investigación «es que la muerte se haya producido por disparos de arma de fuego», y precisó que la Guardia Civil que vigila el perímetro fronterizo no porta este tipo de armamento. Chacón confirmó que fueron cinco los inmigrantes que lograron superar la primera de las vallas que rodean la Ciudad Autónoma, de los que dos de ellos murieron y otros tres resultaron ilesos.

El asalto tuvo lugar a las 5.20 horas, cuando un grupo de entre cincuenta y setenta extranjeros trató de superar la sirga tridimensional que marca la frontera con Marruecos, ayudándose de escaleras artesanales provistas de garfios rudimentarios.