Tres subsaharianos mueren en otro asalto masivo a la valla fronteriza de Melilla

ABC, 04-07-2006

Luis de Vega, corresponsal. Rabat
La sangre ha vuelto a correr por la alambrada que separa Melilla de Marruecos. Tres jóvenes de origen subsahariano fallecieron en la madrugada de ayer en una nueva avalancha sobre el perímetro fronterizo, según confirmaron a ABC fuentes oficiales de la ciudad española, donde se encuentra uno de los cuerpos, y la agencia oficial de Marruecos, donde se encuentra otro. Del tercer cuerpo informa la Asociación Rifeña de Derechos Humanos.
Entre 40 y 60 emigrantes, según fuentes de Melilla, intentaron superar la doble alambrada ayudados de escaleras artesanales de madera sobre las cinco y veinte de la mañana hora española (dos horas menos en Marruecos).
La Guardia Civil y las Fuerzas de Seguridad marroquíes intentaron repeler el asalto pero cinco de ellos lograron pasar al lado español, donde uno murió y otro se encuentra en un hospital melillense con heridas muy graves. Los otros tres que saltaron fueron detenidos. Según un informe forense, las causas de la muerte fueron por «disparos de arma de fuego» con balas distintas de las empleadas por la Benemérita, comentó el delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández Chacón.
Fuentes oficiales marroquíes informaron del traslado de ocho personas heridas al hospital de Nador, aunque una de ellas falleció antes del ingreso. «Durante la tentativa, y a pesar de los disparos de advertencia del puesto de vigilancia, los candidatos a la emigración ilegal siguieron adelante con su escalada». La agencia Map no informa de las causas de la muerte del emigrante, aunque se refiere a las graves heridas causadas por las alambradas. En la zona de Farhana, donde se produjo el incidente, la verja ya está elevada a seis metros de altura y se están llevando a cabo los trabajos para construir un tercer obstáculo. Se trata de un entramado de cables sostenidos por unos pivotes de hierro en medio de las dos vallas que las autoridades denominan sirga tridimensional.
«Sin causar daños físicos»
La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, adelantó este proyecto a primeros de octubre en Ceuta y Melilla. Este nuevo obstáculo intenta dificultar más el acceso de los emigrantes clandestinos pero, según el Gobierno, sin causarles daños físicos. La idea original levantaba la sirga por fuera de la doble alambrada pero, coincidiendo con las protestas y presiones de Marruecos, el Gobierno español anunció que finalmente se levantaría por dentro. «La seguridad es manifiesta, nadie ha vulnerado la sirga», afirmó Fernández Chacón defendiendo su utilidad.
Hacía más de seis meses desde el 29 de diciembre que los emigrantes no intentaban el asalto en masa. La crisis de las vallas comenzó a finales de agosto de 2005, cuando un joven camerunés falleció en un asalto a Melilla. Las avalanchas se sucedieron con un balance de una quincena de muertos a ambos lados.
Cuando todos los ojos estaban puestos en la alambrada de Melilla, los habitantes del campamento de Beliones, en los alrededores de Ceuta organizaron en la madrugada del 29 de septiembre el que fue el incidente más dramático de la crisis. Varios centenares de emigrantes asaltaron el doble vallado. Los disparos se sucedieron y también los muertos, hasta seis. Algunos jóvenes permanecieron colgados en lo alto de las alambradas mientras se desangraban ante la impotencia de sus compañeros, que huían de la Guardia Civil y los agentes marroquíes.
Una semana después, coincidiendo con la visita de la vicepresidenta Fernández de la Vega, murieron otros cinco subsaharianos junto a Melilla por disparos de militares marroquíes, que aseguraron haber utilizado sus armas en defensa propia.
Era el 6 de octubre. Por entonces Rabat ya había puesto en marcha su macabra operación de abandono de los subsaharianos en lugares casi inaccesibles del desierto que separa Marruecos de Argelia. España, por medio del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, aplaudió en su visita a la capital marroquí cómo se estaba gestionando la crisis migratoria.
Los Gobiernos de España y Marruecos se vieron cara a cara en Sevilla el 10 de octubre en una Reunión de Alto Nivel programada con anterioridad. Fue allí donde decidieron convocar la cumbre euroafricana sobre emigración que el 10 y 11 de julio reunirá en Rabat a 60 países de los dos continentes. Mientras se anunciaba la cumbre, centenares de emigrantes eran salvados a la desesperada en el desierto por ONG como Médicos Sin Fronteras o SOS Racismo. Rabat negaba las evidencias pese a la presencia también de la Prensa internacional. Esta fue la forma en la que se puso fin hasta ahora a los asaltos a las vallas.
El secretario general del PP, Ángel Acebes, se refirió ayer a este último asalto. Pidió que se considere a la inmigración como una «prioridad» y afirmó que «una vez más la realidad desmiente al Gobierno». Según Acebes, «continúan los efectos que ha producido la llamada del proceso de regularización».

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