Dos inmigrantes pierden la vida en la valla de Melilla

El primero murió en territorio marroquí y el segundo en el perímetro que

La Razón, 04-07-2006

Ceuta – Dos inmigrantes subsaharianos fallecieron ayer en las inmediaciones
del perímetro fronterizo de Melilla durante el primer intento de entrada
ilegal que se produce en la frontera terrestre de la ciudad autónoma en lo
que va de año. El primero de ellos no llegó a atravesar la primera de las
dos vallas que configuran el perímetro de la ciudad, mientras que el
segundo fue localizado por agentes de la Guardia Civil en medio de las dos
alambradas de seis metros de altura.
   Aunque las autoridades de Rabat
sólo han reconocido la muerte de un inmigrante en su territorio y otros
siete inmigrantes heridos, el presidente de la Asociación de Derechos
Humanos del Rif, Chakib Al Khayari, y los propios inmigrantes afirmaron
que es «muy probable» que sean dos los fallecidos en el país vecino tras
su enfrentamiento con las Fuerzas de Seguridad marroquíes que permanecen
desplegadas en la zona desde octubre del año pasado.
   En el
perímetro fronterizo español fue localizado, además del cadáver de un
inmigrante, otro subsahariano herido de gravedad, supuestamente tras caer
sobre uno de los anclajes de la sirga, que fue trasladado inmediatamente
al Hospital Comarcal de la ciudad española, donde fue intervenido
quirúrgicamente. Al cierre de esta edición permanecía en la UCI «fuera de
peligro» y evolucionando favorablemente, aunque su pronóstico seguía
siendo «muy grave», según explicaron fuentes sanitarias.
   Los tres inmigrantes que fueron interceptados ilesos, dos de
nacionalidad camerunesa y otro de Burkina Fasso, fueron interrogados por
la Guardia Civil tras los sucesos, aunque no ha trascendido el contenido
de sus declaraciones.
   Diferencias. El asalto a la frontera
melillense, que el delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández
Chacón, se empeñó en diferenciar de los del otoño pasado subrayando que en
esta ocasión se ha tratado de un grupo «reducido», se produjo a las 5:30
horas de la madrugada en las inmediaciones de la población marroquí de
Farhana, un área donde ya se habían registrado entradas ilegales el año
pasado. De acuerdo con la versión de Chacón, un grupo de entre 50 y 70
inmigrantes intentó salvar la vigilancia de la Benemérita en la zona,
donde sólo están colocados los anclajes para instalar el cableado de la
controvertida «sirga tridimensional», con escaleras de madera con ganchos
rudimentarios, el método con el que accedieron por centenares a Melilla y
a Ceuta en 2005.
   Chacón reconoció también que la Guardia Civil
efectuó disparos al aire con sus armas antidisturbios y reglamentarias
para contener a los inmigrantes, pero negó que ninguno de ellos fuese el
causante de la herida de bala que localizó el forense en el cuerpo del
inmigrante que apareció en el perímetro durante la autopsia que le fue
practicada por orden judicial. El delegado del Gobierno ni siquiera se
atrevió a concretar si la causa del fallecimiento fue ese disparo o la
caída desde la valla, que tras su reciente recrecimiento tiene una altura
de seis metros y una inclinación de 20 grados sobre territorio marroquí
para dificultar las entradas de ilegales. «Cualquiera de las dos
posibilidades es difícil de asumir para las autoridades españolas»,
replicó a última hora de la tarde el presidente de la asociación
melillense Prodein, José Palazón, que exigió al Gobierno que aclare «por
qué permite que soldados que están a sueldo suyo y de la UE siguen
disparando hacia territorio español, cuando no directamente en territorio
nacional, para matar seres humanos». Palazón puso en cuestión también que
el número de inmigrantes que participasen en la intentona fuesen cerca de
medio centenar. «Me parece imposible que sean más de 20 porque en el monte
Gurugú y los alrededores no quedan más inmigrantes en los bosques tras las
redadas del
   Ejército y la Policía marroquí», argumentó Palazón, que
como Al Khayari se preguntó «cómo es posible» que «con los servicios de
información que tiene la Guardia Civil y el despliegue de soldados
marroquíes al otro lado de la valla» haya un contingente de ese volumen
que pueda moverse libremente con escaleras de seis metros al hombro hasta
aproximarse a la frontera.
   El delegado, sin embargo, insistió en que
la institución que dirige tiene constancia de que hay «grupos pequeños que
se pueden poner activos» en el país vecino, que en total podrían reunir en
la provincia de Nador a cerca de 200 inmigrantes.
   

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