Ocho meses después, la valla de Melilla volvió a ensangrentarse. Tres subsaharianos murieron y otros seis resultaron heridos en la madrugada del lunes en el intento desesperado de un grupo de 45 inmigrantes por alcanzar territorio español mediante el asalto al doble vallado fronterizo de seis metros de altura entre Farhana y Zoco Had.
Cinco de ellos lograron franquear la primera valla. Pero pagaron un alto precio. Uno murió, otro resultó herido de gravedad. Sólo los tres restantes, que fueron detenidos, lograron su objetivo de pasar. Del lado marroquí de la valla quedaron otros dos muertos y cinco heridos, según fuentes oficiales. Los dos cadáveres fueron trasladados al Hospital de Nador, informó la Asociación del Rif de Derechos Humanos (ARDH).
La Guardia Civil investiga si el inmigrante que murió al caer de la valla en territorio español recibió “disparos de arma de fuego”, según informó el delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández Chacón. El cadáver presentaba un orificio de unos cuatro centímetros a la altura del esternón y ayer por la tarde se le hizo una autopsia. En su cuerpo, sin embargo, no se localizó ningún proyectil de arma de fuego.
Chacón insistió en que, en el perímetro fronterizo, la Guardia Civil no usa ningún arma cuyo proyectil deje un orificio así y que los agentes solo emplean material antidisturbios. No obstante, el delegado evitó pronunciarse sobre la posibilidad de que las balas procedieran de las fuerzas de seguridad marroquís.

“COSIDOS A TIROS”
Del lado marroquí, siete subsaharianos resultaron heridos de gravedad y dos de ellos murieron cuando eran trasladados al Hospital de Nador, según informó la agencia oficial de noticias MAP, citando a las autoridades locales. Estas fuentes admitieron que las fuerzas de seguridad marroquís efectuaron “tiros de aviso”, pero atribuyen las heridas a cortes en las alambradas.
Sin embargo, Gustave, uno de los participantes en el asalto, explicó a EL PERIÓDICO algo muy distinto. “Los marroquís tiraron las escaleras por las que subíamos y nos cosieron a tiros”, afirmó desde el bosque a través de un teléfono móvil. Este joven congoleño aseguró que había “varios heridos” en los bosques y que vio cómo los agentes marroquís abatían a uno de sus compañeros “cuando ya había llegado arriba”.
Según su testimonio, el grupo, formado por unas 45 personas, escogió el momento del asalto por la inminente visita del rey Mohamed VI, que llegó ayer a Nador. “Creímos que la vigilancia habría bajado por la preparación del viaje”, explicó Gustave. Añadió que quisieron “mandar un mensaje” a las autoridades marroquís, que “tratan a sus hermanos africanos como animales”.
Este ha sido el primer intento de entrada masiva en la frontera de Melilla desde el pasado otoño, si bien la situación en la zona es muy distinta a la de entonces. Fernández Chacón cifró en “no más de 180” las personas que, repartidas en pequeños grupos, siguen en los bosques de Nador resistiendo el acoso policial. “Vienen desesperados y van a intentar cualquier método”, añadió el delegado del Gobierno. Varias oenegés de la zona confirmaron que el asalto de ayer era un hecho “aislado”.