Muerte en la valla y en el mar
Gara, 04-07-2006Aunas semanas de que se cumpla el primer aniversario de la serie de asaltos de inmigrantes subsaharianos a la valla que separa la plaza militar española en Africa del territorio de Marruecos, la tragedia se repite. Entre agosto y octubre del año pasado, media docena de personas se dejaron la vida tratando de superar el alambre de espino. Un balance que puede parecer hasta «poco consistente» si lo comparamos con el reguero de muerte que arrastran las costas de Canarias, donde ayer fallecían otras 18 personas, pero que retrata el fracaso de la política migratoria.
Con la derecha o la izquierda en el Gobierno español, el propósito de los mandatarios no es otro que el de sumar metros de altura a la valla, en un vano intento de convertir un conflicto de desigualdad en una simple cuestión de ingeniería que se resuelve con más audacia técnica y más presupuesto.
No parece que el fallecimiento de estas dos personas en el muro vaya a alterar en lo sustancial esos planes, como lo demuestra el hecho de que el delegado del Gobierno español en la ciudad africana centrara ayer su interés en desmentir el asalto masivo y en remarcar que las obras en la sirga tridimensional que se construye van muy bien y que en unos meses estará lista para cumplir su objetivo de frenar a las gentes que huyen de la miseria, de la guerra, o de la desesperanza que ambas generan.
Sobre lo ocurrido de madrugada en el muro existen unas cuantas sombras. No se ha aclarado si, en efecto, uno de los dos ciudadanos que perdieron la vida fue tiroteado. ¿Por la Guardia Civil? En la zona más vigilada, con patrullas constantes, con potentes focos y cámaras grabadoras…. ¿cuánto tiempo se precisa para tener datos definitivos sobre una tragedia de por sí bastante insoportable como para añadirle la sombra de la duda?
México – Estados Unidos, Israel – Palestina, Marruecos – Estado español…. La construcción de muros cada día más elevados, más gruesos, más sofisticados, más militarizados… se consagra como el sistema en boga en estos arranques del siglo XXI. Sin embargo, por imponente que sea la barrera ésta no es capaz de ocultar y menos de contener una causa como la palestina, del mismo modo que con más o menos kilómetros de valla no se consigue impermeabilizar fronteras como la española o la estadounidense, a la que llaman miles de personas dispuestas a dejarse la poca fortuna y hasta la vida por poner pie en el mundo de los más favorecidos. –
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