Inmigración. Una encuesta municipal sobre convivencia revela que la mayoría de los extranjeros «nunca» se ha sentido discriminado, que su presencia se ha multiplicado por 10 en los últimos nueve años y que ya hay 60.000 parejas mixtas

El 90% se siente uno más

El Mundo, 04-07-2006

No hay como preguntar para acabar con prejuicios enquistados.¿Cree que los inmigrantes son víctimas de discriminación en Madrid? Piense lo que quiera, faltaría más, pero si contestan ellos, los extranjeros que viven y trabajan en la ciudad, la respuesta es «no» y «nunca». Nueve de cada 10 están a gusto y para el resto que dice haberse sentido rechazado en alguna ocasión, fundamentalmente africanos, ha sido un asunto de idioma y prácticas culturales.


Que la convivencia va por buen camino es conclusión de la primera encuesta sobre el estado de la cuestión. Bueno, eso si la opinión es personal, que, a decir del sondeo, estamos encantados con la llegada de inmigrantes (dos tercios se muestran muy favorables).Pero si hemos de hablar de lo que piensan los demás, la visión varía: casi la mitad cree que la mayoría es contraria al fenómeno de la inmigración.


También cambia el grado de simpatía hacia los extranjeros según la procedencia. Aunque lo llamativo es que españoles e inmigrantes coinciden cuando cuentan quiénes les caen mejor: después de los españoles, los argentinos – los autóctonos colocan luego a alemanes y franceses, mientras los extranjeros prefieren a colombianos y peruanos – . Y quiénes peor: los marroquíes son los que despiertan menos afecto.


Claro que, por encima de consideraciones subjetivas, hay datos y cifras que hablan bien de la situación en esta ciudad. Y eso es muy importante si se tiene en cuenta que en los últimos nueve años el número de los empadronados con pasaporte de otros países se ha multiplicado casi por 10, con crecimientos anuales del 300% de media desde el año 2000. Suman ya más de medio millón de vecinos (536.824), la sexta parte del total de madrileños, y representan a 170 países distintos.


El recuento y la valoración es obra del Observatorio de las Migraciones, un equipo multidisciplinar de 19 profesionales procedentes de ocho países diferentes, que ha radiografiado la realidad a base de preguntar a 3.200 personas (1.400 españoles y 1.800 extranjeros).


Muchos meses de trabajo reunidos en un libro de casi 500 páginas, que revelan, por ejemplo, que ya se está produciendo uno de los efectos del mestizaje social: 50.000 parejas mixtas, formadas por una persona española y otra de diferente nacionalidad, y 10.000 más de extranjeros de países distintos.


«En líneas generales, las actitudes detectadas son coherentes con una sociedad madrileña en la que predomina la coexistencia, con muchas posibilidades de derivar hacia una convivencia efectiva», apunta el informe, «pero también se dan condiciones para que la hostilidad pueda estar presente».


Advertencia de futuro, aunque el presente demuestra que la aceptación es tal, que son también más los que consideran que deberían tener derecho a votar en las elecciones municipales. Si les preguntan a los aludidos (los inmigrantes no comunitarios), el 53% considera que sólo necesitarían tener sus papeles en regla para acudir a las urnas, frente al 36% que respalda como condición una estancia previa de entre tres y cinco años. En el caso de los españoles, hay un 31% de reacios a la concesión de este derecho.


El hecho irrefutable es que viven aquí y les afectan las decisiones de los políticos locales. Tanto, que cuando se les pide una valoración sobre los problemas de la ciudad vuelven a compartir criterio con los autóctonos interrogados. ¿Lo que no les gusta? «La circulación, las obras, la suciedad y el ruido». ¿Lo que más les preocupa? «Las dificultades para acceder a una vivienda y el futuro de los jóvenes».


Los responsables del estudio han buceado hasta meterse en sus casas para descubrir no sólo dónde viven, sino también cómo, y cuáles son las relaciones con el vecindario. Resulta que de los muchas veces comentados problemas de convivencia, las famosas peleas, nada.


Por partes, sólo un 1% ve conflicto en compartir edificio con personas nacidas en otros países, frente al 55% que reconoce tener buena convivencia con ellos. Desmiente, además, la encuesta otros tópicos. Porque la mayoría reside en pisos alquilados que comparten con un buen número de compatriotas, sí – incluso en habitaciones – , pero no son pocos los que se han metido en hipotecas y los que, incluso, han terminado de pagarlas para tener una casa en propiedad. Y el 55% declara su voluntad de convertirse en feliz propietario en los próximos cinco años.


De hecho, un informe del BBVA, recogido por el del Ayuntamiento de Madrid, calcula que «al menos 45.000 viviendas serán adquiridas por inmigrantes hasta 2008» y la consultora Grupo i, retrata la demanda: «Compradores entre 31 y 35 años, con estudios superiores, rentas bajas y familias amplias, que buscan casas pequeñas y usadas. Es un colectivo acostumbrado a ahorrar, por lo que presenta una solvencia superior a la de otros clientes».


Ahorran, envían ayuda a las familias que dejan allí donde nacieron (entre 100 y 500 euros) y contribuyen a la riqueza colectiva.Ellos constituyen el 10,4% de los trabajadores afiliados a la Seguridad Social y, en 2004, aportaron más de 6.300 millones de euros al PIB de la capital. Y, aunque son muchos más los que deben sus ingresos a un contrato laboral, la mayoría en el sector servicios [ver gráfico], también los hay emprendedores.¿Un ejemplo? 800 restaurantes de Madrid son propiedad de residentes extranjeros.


«Sin los inmigrantes, Madrid no sería la ciudad pujante que es, el motor de la economía del país», proclamaba ayer el alcalde, Alberto Ruiz – Gallardón, nada más repasar y presentar las cifras del informe, «buenas noticias», a decir del regidor, «que tienen que animarnos a seguir por el camino más ambicioso».


Para recorrer ese camino tendrá que mirar más a unos barrios que a otros. Primordial, el de San Cristóbal, en Villaverde.Allí los empadronados con Número de Identificación de Extranjero (el equivalente al DNI para inmigrantes) constituyen el 41,1% de los vecinos. Algo más que en Sol y Embajadores, en el distrito Centro, donde suman más del 35% de los residentes. O en los Almendrales (Usera), donde llegan al 31%…


Visión geográfica de aquí que dibuja un mapa mundi cuando la atención se concentra en la procedencia. Por nacionalidades, las comunidades de Ecuador y Colombia son las más numerosas, pero se cuentan hasta 170 diferentes en el padrón y se detecta un aumento de casi el 80% de paraguayos, entre 2004 y 2005, y de más de un 42%, de brasileños y de naturales de Bangladesh.«Esto es Madrid», que decía ayer Gallardón, «una ciudad cosmopolita y acogedora».

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