Las nuevas muertes de inmigrantes en la frontera de Melilla provocaron una oleada de reacciones entre los partidos políticos y duras críticas al Gobierno desde las ONG.

La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, afirmó ayer que el asalto de la madrugada del lunes ha sido una «situación puntual, minoritaria y no extrapolable» que «nada tiene que ver» con la oleada de intentos de cruzar a territorio español del pasado otoño.

En sentido contrario se manifestó el secretario general del PP, Angel Acebes, quien señaló ayer que esta tentativa de saltar la valla desmiente al Gobierno cuando explicó que el problema con Marruecos se había resuelto y que se localiza ahora en otras zonas. «El problema continúa y con una enorme gravedad», destacó Acebes. Por su parte, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, pidió ayer al Ejecutivo «una explicación y un informe» sobre el suceso.

Desde la ONG Prodein consideran inaudito que el Gobierno español permita que un ejército extranjero dispare a los inmigrantes cuando están en territorio español: «El enemigo no es el inmigrante, sino el Ejército marroquí. El Gobierno está incumpliendo su deber de defender las fronteras cuando permite que un ejército extranjero dispare a personas indefensas en territorio español».

Desde SOS Racismo, su portavoz Diego Lorente manifestó que el Gobierno es responsable por haber recrecido la valla que definió como una «trampa mortal» y aseguró que el incidente es «una muerte anunciada». «Estas vallas son peores que el muro de Palestina», destacó. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado reclamó ayer al Ejecutivo que exija a Marruecos la garantía del trato humanitario a los inmigrantes.