La tragedia de África

Deia, 03-07-2006

Jerónimo Páez

Es curioso que hoy proliferen los artículos, todos ellos bien intencionados, en los que se nos dice que no podemos vivir en una isla de riqueza rodeados de un mar de pobreza, y en los que no se suele mencionar este problema estructural. Hay quienes ante la tragedia migratoria subsahariana se les ocurre decir que debemos abrir las fronteras y aceptar a cuantos quieran venir, ya que todo ser humano tiene derecho a vivir dignamente. Los que dicen esto olvidan que son difíciles de resolver los problemas en los que el corazón aconseja soluciones que rechaza la cabeza. Otros, con la lógica mala conciencia por el sufrimiento que el imperialismo europeo infligió a ese continente en el siglo XIX y el XX, añaden que somos corresponsables de la situación. Grande es el daño que a lo largo de la historia el hombre blanco ha causado al hombre negro. Los más sensatos exigen que incrementemos la cooperación y condonemos la deuda, lo que sin duda es necesario.
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