LUIS DE VEGA. CORRESPONSAL
TEMARA (MARRUECOS). Un grupo de ONG europeas y africanas han dado la voz de alarma por la aproximación «estrictamente desde la perspectiva de la seguridad» que se va a hacer al fenómeno de la emigración clandestina en la cumbre del 10 y 11 de julio en Rabat. En lo que ha sido una cumbre paralela de distintas organizaciones de la sociedad civil de una veintena de países celebrada este fin de semana en Temara, junto a la capital marroquí, se ha puesto sobre la mesa la necesidad de «respetar los derechos fundamentales de los emigrantes, que no serán sacrificados en nombre de intereses económicos egoístas o opciones políticas a corto plazo».
Los organizadores han recordado el trágico precedente que sirvió de origen a esta cumbre, impulsada por los Gobiernos de Marruecos y España, en plena crisis de las vallas de Ceuta y Melilla, el pasado otoño. Temen que en las conclusiones de la reunión de gobernantes de Rabat se impongan las políticas «restrictivas» de Occidente frente a un punto de vista «desde el Sur» del problema. Por eso reclaman especial atención al respeto de los refugiados y los demandantes de asilo así como al respeto de aquellos que son internados en centros de reclusión por haber llegado de manera clandestina.
Desconfianza
Las ONG desconfían de las posibilidades de emigración legal de las que les hablan las autoridades europeas a los africanos. Ana Almirón, integrante de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, explica cómo tuvieron que presionar hace unos días al consulado español en Nador (Marruecos) para que diera el visado a un ciudadano de Santo Tomé invitado al Foro Mundial de las Migraciones en Madrid y que había depositado toda la documentación requerida. Casos como estos se repiten con frecuencia haciendo a menudo más complicadas e incomprensibles las barreras legales que las de alambre de espino.
Uno de los ponentes, senegalés, se sorprendía de que un francés con 300 euros y cuatro horas de avión está en Dakar. «¿Y un senegalés que quiera hacer el viaje a la inversa?». La pregunta queda en el aire para la cumbre de los días 10 y 11 de julio en Rabat, donde la sociedad civil dejará su sitio a gobernantes de 60 países de Europa y África.