El Mundial de Fútbol Callejero se inició con 22 equipos de todo el mundo, exponentes de proyectos sociales, entre proclamas por la tolerancia y contra el racismo. Pero el campeonato alternativo no empezó con buen pie, ya que dos conjuntos no pudieron concurrir debido a la falta de visados de sus componentes.
El “otro mundial” tuvo su inauguración en el estadio de 15 por 25 metros hecho de andamios en el barrio Kreuzberg, en Berlín, coincidiendo con el aniversario del asesinato del internacional colombiano Andrés Escobar, tras un autogol en el Mundial de 1994 celebrado en Estados Unidos.

A Escobar se ha dedicado la Copa que se entregará al final del torneo, el 8 de julio, ya que de la conmoción provocada por su muerte nació el Streetfootballworld, que engloba a 80 proyectos futbolísticos y un total de 300.000 jóvenes de todo el planeta.

Dos de los equipos previstos, uno de Ghana y otro de Nigeria, no estarán en el torneo por no haber obtenido sus miembros los visados de entrada en el país. El ministro de Asuntos Exteriores, Frank – Walter Steinmeier, tuvo que escuchar por ello abucheos de los asistentes, vecinos de ese barrio multiétnico, alternativo y donde las visitas oficiales no son bienvenidas.

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, fue asimismo otra de las figuras “políticas” recibida con escepticismo, a pesar de que el torneo forma parte del programa cultural del Mundial de su organización.

No importa ganar

En la competición, donde lo de menos es ganar o perder, participan diferentes escuelas y equipos de fútbol mixtos, surgidos de proyectos contra la droga, la violencia, la exclusión social, la pobreza, la margina – lidad o para favorecer la reconciliación tras o durante conflictos armados entre pueblos.

El torneo alternativo agrupa a una fuerte representación de equipos latinoamericanos ­Argentina, Chile, Brasil, Costa Rica, Perú, Bolivia y Paraguay­, en su mayoría procedentes de barrios pobres y suburbios. También hay conjuntos surgidos de situaciones de conflicto o pos – conflicto, como Afganistán, Ruanda, los Balcanes, así como un combinado israelí – palestino.

Por parte del anfitrión alemán se presenta un equipo formado por inmigrantes y jóvenes del país, mientras que de otros países industrializados, como es el caso de Noruega o Reino Unido, proceden proyectos relacionados con la lucha contra la exclusión o la delincuencia.

Durante toda la semana se celebrarán varias rondas clasificatorias, seguidas de eliminatorias, de acuerdo al esquema que sigue el Mundial de la FIFA, hasta el sábado, jornada en la que se disputará la ronda de semifinales y final. –

BERLIN