Fútbol y cayucos
Canarias 7, 02-07-2006
Madrid
Todos los canarios ya saben que África es el mayor riesgo que pende sobre su futuro. Pero un rápido vistazo al mercado del fútbol también pone de relieve que, en realidad, Africa es también la mayor oportunidad que Canarias tiene a su alcance.
En 2004 el jugador de Costa de Marfil, Didier Drogba fue traspasado del Olympique de Marsella al Chelsea por 34,4 millones de euros. Esta cantidad equivale a lo que producen en un año 45.000 marfileños; una ciudad de tamaño medio. El mismo equipo también contrató en 2005 a la estrella de Ghana Michael Essien por 38 millones de euros. Esta cantidad equivale a lo que producen al año nada menos que 75.000 ghaneses.
Si sólo contamos los diez fichajes más caros del año desde 2002, la Costa de los Cayucos ha producido traspasos por valor de 132,8 millones de euros, una cifra un poco inferior a toda la economía de Guinea – Bissau.
Esto significa que enfrente de Canarias hay algo más que cayucos o petróleo. Hay talento deportivo. Pero no se trata de una pequeña excepción. Hay talento a paladas, mucho más que en cualquier otra zona del mundo de similares características. De los 180 países analizados periódicamente por el Fondo Monetario Internacional, la mitad son pobres, con un PIB per cápita inferior a 2.800 dólares. De esa mitad precaria del mundo, sólo siete países han logrado llevar a su selección al Mundial. Y tres de ellos son países africanos, de esos que están enfrente de Canarias: Ghana, Togo y Costa de Marfil, que además de cayucos, también exportan futbolistas. Los otros países pobres que han logrado llegar al Mundial son Ucrania, Ecuador, Paraguay y Angola.
Las restantes 25 selecciones del Mundial pertenecen a la mitad rica del mundo, esa que come todos los días, tiene vacunas y educación garantizada.
Incluso en los menos ricos, que son Irán y Túnez, disponen de recursos suficientes como para que sus críos jueguen al fútbol en lugar de escarbar por los basureros en busca de comida.
No se trata de una frase sensacionalista pues cualquier deportista de elite, de cualquier especialidad, necesita formarse desde muy joven con entrenamientos periódicos, una buena alimentación. Y, en el caso del fútbol, además, es necesario que estas condiciones existan de forma generalizada, pues no basta con que salga un sólo atleta formidable y excepcional. Hacen falta 22 para ir al Mundial. Algo imposible si cada domingo no hay miles de chavales jugando desde pequeños en ligas infantiles.
No obstante, Togo y Costa de Marfil y Ghana, además de Angola, son países que en los últimos años no han podido ofrecer a sus ciudadanos más que el terror de los golpes de estado, la guerra, las hambrunas. Pertenecen al África miserable, no a esa otra África solvente, que tiene a ocho países en la mitad rica del mundo, como Sudáfrica. Pero sólo uno de éstos ha llegado al Mundial, Túnez.
TALENTO. Si la Costa de los Cayucos está en el Mundial es porque ha logrado compensar sus carencias con talento. En algunos casos, su talento es más valorado que el de cualquier otro jugador del mundo. El fichaje del ghanés Essien fue el más caro del mundo en 2005. El del marfileño Drogba marcó el récord de 2004. Estos equipos no están en el mundial por caridad. Costa de Marfil doblegó a Serbia por tres a dos, Ghana arrasó a la República Checa por dos a cero y se clasificó para los octavos de final venciendo a Estados Unidos, el país más poderoso de la tierra, por dos a uno. Al final, cayó ante el todopoderoso Brasil, por tres a cero.
Canarias está asomada a una mina de talento deportivo. Algo tan cierto como que enfrente tiene una inmensa balsa de petróleo, o que la Costa de los Cayucos ha sufrido una espantosa recesión durante los últimos 30 años, de la que sólo ahora comienza a salir. En parte, gracias a las remesas que envían a sus familias los que han emigrado de la región.
Hasta ahora, Canarias ha recibido la parte negativa de esa situación, que son los cayucos y la inestabilidad. Pero todavía no le ha alcanzado la parte buena. Ninguno de esos talentos africanos juega en los equipos canarios. Y eso no es culpa de lo que España tiene que decir en África, que es poco. Es porque Canarias ha dirigido sus energías hacia otro lugar, el horizonte europeo, la hermandad con América, dejando África de lado. En muchos casos, por culpa de la propia África, que a veces ha puesto el poder y el territorio por delante del bienestar de sus ciudadanos, cerrando el paso a los extranjeros.
Cien empresas canarias se establecen en África
Hasta hace bien poco tiempo, la parte más importante del comercio canario con África era de maleta. Canarias despachaba mercancías, pero no las vendía, se las venían a comprar llevándoselas en una maleta. Así es difícil detectar que hay un Drogba o un Essien enfrente.
Afortunadamente, las cosas están cambiando. Hay casi un centenar de empresas canarias establecidas en África, las últimas Cofricave, que ha invertido en una fábrica de cemento en Ghana, o un consorcio liderado por Lopesan y Satocan, que hará un inmenso resort cerca de Agadir. Todo ello impulsado por el dinamismo de las Cámaras de Comercio canarias, Proexca o el Gobierno canario, que en conjunto han creado una herramienta ejemplar, www.africainfomarket.org.
Pero han sido décadas de mirar hacia otro lado y no bastarán incentivos bajo la forma de ayudas y zanahorias para modificar dinámicas pretéritas.
En el eje Algeciras – Tánger sólo comenzaron a cambiar las cosas. Las autoridades sacaron el palo y en 2005 el Tribunal de Defensa de la Competencia multó a todas las navieras que enlazaban ambas ciudades por «prácticas restrictivas». Sin un transporte razonable, el comercio es imposible, y sin comercio, que es la forma más sencilla de compartir y crear riqueza, el horizonte se adivinaba lleno de pateras.
Por el mismo motivo, es hora de sacudir las alfombras en Canarias y fijar su futuro hacia las inmensas riquezas de África, teniendo presente que la principal es el talento de sus ciudadanos.
Sobre el futuro de Canarias están los cayucos y el talento. El petróleo y la emigración. Quizá no sean escenarios alternativos y acompañen de forma simultánea el futuro del Archipiélago. Pero también es cierto que sólo depende de Canarias descubrir al próximo Drogba, y que juegue en el Tenerife o en la UD Las Palmas.
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