Miles de personas se han manifestado este sábado en París para protestar contra la nueva ley de inmigración, impulsada por el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, y aprobada el viernes por el Parlamento, mediante la que se imponen más restricciones y se establece la intensificación de las deportaciones. Muchos líderes de la oposición socialista han acudido a la convocatoria, entre ellos el ex ministro de Economía Dominique Strauss-Kahn, el ex primer ministro Laurent Fabius y la ex ministra de Trabajo Martine Aubry. Según los organizadores, han sido 50.000 los manifestantes, mientras que la Policía ha estimado que eran 7.200.

Con el lema de “inmigración elegida, pero no sufrida”, Sarkozy ha conseguido cambiar la política de inmigración francesa, tradicionalmente aperturista y humanitaria, por otra que relaciona las entradas de personas con las necesidades del mercado laboral y la capacidad de acogida del país. Además, quiere pasar de una inmigración poco cualificada a una con mayor capacitación profesional.

Gran preocupación

Las encuestas de opinión sugieren que la inmigración ilegal es una gran preocupación de cara a las elecciones presidenciales del próximo año. Está previsto que Sarkozy concurra como candidato en estos comicios.

El nuevo texto legal pone más dificultad a la obtención de los permisos de residencia y acaba con la práctica de otorgar documentos a los inmigrantes que lleven más de diez años en el país. Además, Sarkozy ha prometido deportar a al menos 25.000 inmigrantes indocumentados este año.

El pasado octubre, el ministro de Interior suspendió temporalmente sus planes de deportar a miles de familias inmigrantes, con hijos escolarizados, hasta que acabara el año escolar el 4 de julio. Conforme se acerca la fecha, algunos activistas se han declarado dispuestos a esconder a las familias de la Policía.