Golpe contra las mafias de falsificación de documentos. La policía ha desarticulado una banda dedicada a la falsificación de permisos de residencia para inmigrantes en situación irregular. Entre los 42 detenidos hay individuos de nacionalidad española y colombiana que delinquían en Valencia y Barcelona. Amasaban una gran fortuna. Los beneficios obtenidos por la red de falsificadores en los últimos dos meses se cifran en más de 300.000 euros, ya que cobraban hasta 2.000 euros por servicio.

La actividad principal de la organización consistía en la falsificación de permisos de residencia españoles para ciudadanos extranjeros en situación irregular. Con estos documentos, la banda intentaba dar de alta a los inmigrantes en la Seguridad Social.

Pero la red también se dedicaba a la falsificación de nóminas para solicitar créditos bancarios y de carnés de conducir de países suramericanos para luego canjearlos por permisos españoles.

14 miembros de la red

Entre los 42 detenidos, 14 de los arrestados son responsables directos del fraude, mientras que los 28 restantes son extranjeros de distintas nacionalidades que obtuvieron los documentos falsificados.

La policía comenzó las investigaciones hace seis meses al detectarse la existencia de varios individuos que se dedicaban a falsificar permisos de residencia y de trabajo para inmigrantes en situación irregular en España.

Una vez conseguidas las falsificaciones, el siguiente paso era su integración en el sistema español de la Seguridad Social, operación que solían realizar españoles que formaban parte del grupo.

Los integrantes de la organización habían logrado un gran nivel de especialización y extendían sus actividades delictivas por el litoral mediterráneo desde Barcelona hasta Valencia, ciudad en la que se habían afincado cuatro miembros y el cabecilla de la organización delictiva.

Captados en locutorios

La red de falsificación captaba a sus clientes, en su mayoría suramericanos, en locutorios. Ofrecían tarjetas de trabajo y residencia con la promesa de que las conseguían de forma legal a través de contactos mantenidos con un funcionario de la Administración. Además, garantizaban a los inmigrantes que dicho documento les facilitaba el alta en la Seguridad Social.

Una vez conseguida el alta, les facilitaban la tarjeta de trabajo y residencia, también falsificadas, con el número asignado de la Seguridad Social.

La organización cobraba elevadas cantidades económicas por la realización de los trámites y los documentos falsos. Fuentes policiales informaron ayer que el dinero que cobraba la banda a cada inmigrante oscilaba entre 1.500 y 3.000 euros.

En el registro de las tres viviendas donde residían las cinco personas detenidas en Valencia, la Policía Nacional requisó numerosos útiles para manipular los documentos e intervino 50 certificados falsificados, 15 tarjetas de residencia y trabajo falsas y tres ordenadores con programas de seguridad.

Los agentes también intervinieron diversos materiales y utensilios utilizados en el tráfico de estupefacientes como 550 gramos de una sustancia para elaborar cocaína y dos gramos de esta droga, así como una pistola

jmartinez@lasprovincias.es