El verano anima a los inmigrantes y colapsa las islas

Sólo el pasado jueves llegaron a Canarias más de 700 ilegales en menos de

La Razón, 01-07-2006

Madrid – El sueño de conseguir una vida mejor en Europa hace que cada día
cientos de subsaharianos se echen al mar para lograr llegar a las costas
de canarias. Todos saben a lo que se exponen: el fuerte calor, la dureza
del viaje, la falta de alimentos, la deshidratación. Da igual, están
dispuestos a arriesgar su vida a cambio de salir de su país.
   Ayer fueron 46 los inmigrantes que arribaron a la playa de La Mareta,
en el municipio tinerfeño de Granadilla de Abona. La embarcación llegó
sobre las dos de la mañana a la costa de la isla y encalló en las
proximidades de la playa, donde ya se encontraban efectivos de la Guardia
Civil. Fuentes de la Subdelegación del Gobierno indicaron que un grupo de
inmigrantes pudieron acceder nadando hasta la orilla pero otro grupo tuvo
que ser ayudado a desembarcar por los agentes de la Guardia Civil. Los
servicios sanitarios trasladados a la zona asistieron a los inmigrantes y
sólo uno de ellos tuvo que ser ingresado en un centro hospitalario.
   Éste es sólo uno de los casos, el último, de la desesperación de un grupo
de personas que arriesgan su vida para dejar su país y conseguir el sueño
de entrar en Europa. La forma más fácil es a través de las islas
afortunadas. Esta situación, cada año es más preocupante y día a día se
bate el récord de subsaharianos llegados a las islas. La última, se
produjo el pasado jueves, con 712 personas, un dato que pronto será
superado.
   Situación insostenible. Y es que la llegada de las buenas
temperatura y la ausencia de lluvias anima a los inmigrantes a intentar
hacer realidad la aventura más complicada de su vida. La situación de la
isla se está convirtiendo en algo insostenible. El viceconsejero de
Justicia y Seguridad del Gobierno canario, Francisco Díaz Brito, pidió
ayuda al Ejecutivo central porque las islas «no pueden afrontar, en
solitario, la asistencia a los menores que llegan a las Islas de manera
irregular, dada la fragilidad de nuestro territorio y la escasez de los
recursos necesarios».
   Asimismo insistió en que «es el Estado,
el que debe desarrollar políticas de coordinación e integración que
impliquen al resto de Comunidades Autónomas, ya que éste es un problema
que concierne al conjunto de España y de la Unión Europea». «La falta de
recursos y medios provocará, con el tiempo, problemas de integración
sociolaboral en unas personas que viajan, arriesgando la vida, para buscar
una oportunidad laboral fuera de su país», lamentó. Por otra parte, el
viceconsejero de Justicia resaltó, ante los jueces y magistrados de toda
España, participantes en este curso, que Canarias será siempre una tierra
de acogida.
   El Gobierno central, por su parte, intenta negociar con
los países de origen de estos inmigrantes para que pongan en marcha
medidas de contención, pero nada cambia. De momento, para aliviar la
situación de Canarias se ha trasladado a cientos de inmigrantes a Madrid,
donde se refugian en albergues y tienen que contar con la ayuda de sus
familiares para poder subsistir.
   Las cifras son muy preocupantes y
la estabilidad atmosférica sólo hace suponer que la situación sólo pueda
ir a peor. La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) estima
que en los últimos siete meses se han producido 3.000 muertes en la ruta
entre África y Canarias, una cifra «escalofriante» que achaca a la
política «policial» del Gobierno español.
   El
presidente de la Apdha, Rafael Lara, consideró que el Gobierno de José
Luis Rodríguez Zapatero «debería haber liderado un cambio para ofrecer
otras soluciones al control y cierre de fronteras, leyes de extranjería
que impiden la inmigración en la práctica, externalización y vinculación
con la seguridad».
   Parea Lara, la falta de medidas se convierte
en un «genocidio de proporciones incalculables», que provoca un número de
muertos «similar al que se producen por catástrofes naturales».
   

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