"No se ve igual a un inmigrante noruego que a uno marroquí"

Diario de Noticias, 30-06-2006

Pamplona. Las corrientes migratorias internacionales están alcanzando un protagonismo creciente en la transformación de la sociedad y el territorio. España es un claro ejemplo de sociedad receptora y uno de los países en los que la entrada de inmigrantes está siendo intensa e inesperada, especialmente en el último quinquenio. Un crecimiento que se hace “insostenible” en un futuro, según vaticinó José Ramón Valero, profesor de Geografía Humana de la Universidad de Alicante, pero las actuales cifras de inmigración en España hacen ya necesaria la implantación de estrategias urbanísticas y territoriales.

Para Valero, algunas singularidades de España han influido en el notable aumento de la población inmigrante. La existencia de una economía informal que permite a este colectivo – esté o no legalizado – , tener un trabajo es una de las características propias. La inestabilidad del marco jurídico español, marcado por los continuos vaivenes en las leyes; el hecho de ser un país fronterizo o la progresiva irrupción de las mujeres autóctonas en el mundo laboral, dejando un vacío en los trabajos en el hogar son otras de las singularidades que Valero considera claves en la llegada de inmigrantes.

Por otra parte, este profesor indicó que la inmigración es intensa, pero heterogénea. Así como los ecuatorianos son mayoría en Navarra, Valencia, Murcia, Madrid o Asturias, los rumanos y búlgaros optan por el interior de la península mientras que los ingleses y alemanes se establecen en las islas. Asimismo, existen diferencias en las actuaciones de los diferentes grupos. “Los africanos (marroquíes y subsaharianos) se sitúan en los barrios donde más inmigrantes hay, ya que con ellos el recelo de los autóctonos es mayor. Los chinos también tienen a concentrarse. Sin embargo, los europeos occidentales tratan de alejarse del resto de inmigrantes”, explicó Valero, y añadió que la natalidad no va a aumentar tanto como se dice, ya que “muchas mujeres inmigrantes se ajustan a la realidad española”.

Asimismo, Valero reconoció que el paisaje de algunos pueblos y barrios de grandes ciudades están cambiando. Están surgiendo “espacios étnicos” y también las denominadas escuelas negras , algo que está incrementando el recelo de la población autóctona. “Pero también los noruegos en Alicante están creando sus espacios propios, y sin embargo, no los vemos como los otros y también generan problemas. Sé que en escuelas de esa zona tienen más problemas con los niños ingleses que con los marroquíes”, reflexionó e insistió en que la correlación se da entre delincuencia y pobreza, no entre delincuencia e inmigración. >m.olazarán

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)