Los gitanos tienen una tasa de empleo un 9% mayor que el resto

El Mundo, 30-06-2006

Asuntos Sociales dice que, en cambio, trabajan en condiciones peores – Nace el Consejo del Pueblo Gitano, estreno de la etnia en el Estado MADRID. – Frente al racismo de la costumbre aparecen los datos, una barricada de pruebas contra la atávica mirada de reojo paya: los gitanos tienen unas tasas de actividad económica 13 puntos porcentuales más altas que los que no lo son. Y después de la cifra, la letra: «Pero esos trabajos se desarrollan al margen del modelo de relación salarial estándar». O sea, trabajan más y en peores condiciones.


Son datos del estudio Población gitana y empleo 2006, lo último que ha publicado la Fundación Secretariado Gitano, empeñada en medir los niveles de verdad y de mentira que alcanza nuestro país cuando se habla de esta etnia.


Según ese documento, la tasa de actividad de la población gitana es del 69,3% mientras que la del conjunto de la población española llega al 56,7%. Y la tasa de empleo alcanza el 59,7% en los gitanos y el 50,7% en los demás, nueve puntos más.


En el paro también ganan. El 13,8% de las personas gitanas activas están desempleadas, un número que no llega al 9% en la población general.


El informe vino a cuento ayer, el día en que nació el Consejo Estatal del Pueblo Gitano, «un día histórico para el pueblo gitano en España», según Amparo Valcarce, secretaria de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad.


Estaba contenta Valcarce, con su foto de familia nueva, la primera vez que un colectivo gitano entra en la Administración. «Se trata de dar voz, presencia, diálogo, interlocución y consenso a los gitanos españoles».


El Gobierno dice que el Consejo será un órgano de «participación y consulta» con el pueblo de esta etnia, que nada de lo que se legisle o se realice en favor de los gitanos «se haga sin ser consultado, consensuado y aprobado por ellos».


Los gitanos aceptan el Consejo porque también podrán «proponer» medidas y «presentar iniciativas», una terminología que les convierte en algo más que consejeros áulicos de las ideas que se le ocurran al Gobierno.


El Consejo tendrá un presidente, dos vicepresidentes, 40 vocales y un secretario. La presidencia será cosa de Amparo Valcarce y la vicepresidencia primera será para un gitano, Antonio Vázquez. Los representantes de las asociaciones del movimiento gitano ocuparán 20 de las 40 vocalías, cosas de la paridad étnica.


En España viven hoy unos 700.000 gitanos, gente en situación «desfavorecida, precaria y vulnerable en áreas como la educación, la salud, el empleo, la vivienda, la integración y la participación», reconocía ayer Amparo Valcarce.


Seguramente lo dijo porque lo notó siempre y porque lo sabe desde que el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales recibió del de Sanidad y de la Fundación Secretariado Gitano datos de marginación. Tres ejemplos: el número de alumnos gitanos que completan los estudios secundarios es «escaso», una de cada 10 personas gitanas vive en chabolas, y la esperanza de vida de la población calé es nueve años inferior a la del resto y la mortalidad infantil 1,4 veces superior.

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