El segundo día del debate del estado de la nacionalidad sirvió a los grupos de gobierno para mostrar un frente sólido ante las críticas de la oposición. Si el titular de la jornada anterior lo había encabezado la frase del nacionalista José Miguel Barragán, que aseguró que Canarias tenía al «peor presidente en el peor momento», el grupo socialista, Nueva Canarias, Unidas Podemos y la Agrupación Socialista Gomera defendieron todo lo contrario, no sin reconocer los malos indicadores que se registran aún hoy en el archipiélago. Tanto unos como otros lanzaron puntas a las críticas «demagógicas» del PP y CC y pidieron poner en contexto los datos, que radican en problemas estructurales que arrastran las islas desde hace décadas: la insularidad, la carencia de materias primas y la dependencia del exterior.

Más allá de la gestión de la pandemia, los socialistas elaboraron un discurso centrado en los progresos conseguidos por el Gobierno regional durante su primer año de legislatura, basados en el blindaje de los servicios públicos. Su hoja de ruta, aseguró la portavoz Nayra Alemán, pasa por la constante lucha contra la pobreza y la exclusión social, de ahí que manifestara abiertamente el apoyo de su grupo a la consejera del área de Derechos Sociales, Noemí Santana, después de la petición de destitución que había encabezado Australia Navarro. En esta línea, puso en valor los avances en la Prestación Canaria de Inserción (PCI) y la Ley de Renta de la Ciudadanía que se reforzó con la intervención de Podemos. Unas ayudas que aunque Ángel Víctor Torres volvió a calificar de «insuficientes», apuntó a que cada vez se alcanza a más familias. El resto de grupos del pacto coincidieron, así, en que exigirían al presidente mantener el compromiso político con lo público.

Por otro lado, se puso el foco en los inminentes retos a los que se enfrenta el Gobierno, como la brecha digital, la dependencia, la atención temprana o la educación de 0-3 años, aunque el debate pivotó sobre cuatro cuestiones: el plan de vacunación, los fondos europeos, la diversificación de la economía y la sostenibilidad.

«Las expectativas son tantas que el miedo al fracaso es una realidad, pero seguiremos trabajando porque no podemos permitírnoslo»
NAYRA ALEMÁN

Sobre el primer punto, el portavoz de Podemos, Manuel Marrero, reconoció al presidente el haber sido pionero en la contratación de 4.000 sanitarios en plena pandemia, una medida necesaria que, a su juicio, debe ir acompañada de la estabilidad que reclama el personal, lo que implicaría modificaciones en la legislación, además del refuerzo de la plantilla en el área de salud mental. Unos ruegos a los que se sumó Casimiro Curbelo, desde ASG, al pedir la puesta en marcha de todas las oposiciones públicas posibles en Sanidad (además de Educación y función pública), para ensanchar «el cuello de botella» de las administraciones. Por su parte, Torres aseguró que está trabajando para arreglar «décadas de precariedad» en el sector y que reforzará el personal del Servicio Canario de la Salud.

El también presidente del Cabildo gomero, consciente de que la coyuntura obliga a centrarse en la covid, puso de manifiesto la necesidad de abordar en el debate otros asuntos de relevancia para Canarias, entre ellos, la revisión de los fueros o la diversificación de la economía que, en su opinión y en la del resto de grupos del pacto, pasa por una decidida apuesta por el sector primario, que se encuentra «muy abandonado», aunque sin dejar de lado la consolidación del turismo.

«Es verdad que estamos en un momento de transición, pero hay que dar los pasos correctos para no errar en el medio y largo plazo»
MANUEL MARRERO

Ese impulso económico podría venir, también, de la mano de los fondos europeos previstos para la recuperación. Sobre estos, el presidente ha asegurado que se está ultimando el decreto de agilización administrativa después de haber recibido el visto bueno de la Comisión de Secretarios Generales Técnicos, y que «no dejarán de gastarse» y desde Podemos se abogó por ser eficaces el reparto. «No podemos desperdiciar la ocasión, dijo Marrero.

El monocultivo del turismo, un área en la que «poco más se puede hacer», sirvió de analogía para retratar la dependencia generalizada de Canarias del exterior. Nueva Canarias, en concreto, aprovechó para subrayar la necesidad de avanzar en una gestión de autogobierno. «Las decisiones más relevantes deben tomarlas la gente de aquí, que conoce nuestra tierra», expresó el parlamentario Luis Alberto Campos, quien aseguró que a Canarias le va mejor cuantas más competencias adquiere.

«La historia ha demostrado que cuantas más competencias tengamos mejor le va a esta tierra, aunque cometamos errores»
LUIS ALBERTO CAMPOS

El partido también se sumó al contrapunto de Curbelo, que quiso abordar la limitación del crecimiento económico y la apuesta por un modelo sostenible. Esto se relaciona, además, con el desarrollo de un transporte sostenible, la economía circular, la formación de los jóvenes en estas materias o la lucha contra el cambio climático, entre otros. «Ahora es el momento de liderar una transición verde», indicó Torres.

En definitiva, el pacto de las flores se mostró optimista de cara al resto de la legislatura a pesar de la incertidumbre. También valoró el consenso como el gran pilar que ha sostenido no solo al Gobierno regional sino también a la democracia. De ahí que tendieran la mano a la oposición, a la que Nueva Canarias valoró como «necesaria» para complementar a la gestión con sus propuestas. En su turno de cierre, Torres volvió a reconocer el esfuerzo de los canarios y quiso lanzar un último mensaje a la población: «Canarias no está bien, pero toca resistir. No culpamos a nadie; pero hay que ver las cosas con perspectiva y mirar hacia adelante: controlar los contagios y salvar la economía es nuestro principal objetivo, y por encima de todo, alcanzar la normalidad».

«Aunque ahora toque centrarse en el virus, no podemos olvidar otros debates importantes como la diversificación de la economía de Canarias»
CASIMIRO CURBELO

Madrid y Europa, de nuevo el foco de las críticas en inmigración
La pelota de la gestión migratoria sigue en el tejado del Gobierno central y de la Unión Europea. Los grupos parlamentarios no ahondaron en exceso en el fenómeno, más allá de reconocer las graves consecuencias de la crisis, alegando la falta de competencias. El partido socialista casi pasó de largo en su intervención, y fue Nueva Canarias el primero en reconocer al presidente el haber levantado la voz a Madrid, independientemente del color de su fuerza política, para exigir el cumplimiento de los derechos humanos y evitar se trate al archipiélago «como ciudadanos de segunda». Una apelación a la que el presidente contestó que siempre pondría «la defensa de esta tierra por delante» y que ya no solo se debía poner el foco en la gestión sino también en la previsión, donde entra en juego el papel fundamental de Europa.

A estas críticas se sumaron las de ASG, que reconoció que el Gobierno de España «no ha estado a la altura» de las circunstancias y que se ha improvisado, pero matizó que no por la falta de actitud del presidente canario. Por su parte, Podemos calificó de «alarmante» el bloqueo del tránsito de personas migrantes y las derivaciones a la península, lo que está convirtiendo a las islas en «cárceles» y contribuyendo al aumento de la exclusión social. En su turno de réplica, Torres se reafirmó en su intención de seguir exigiendo soluciones a Madrid y apuntó que en el terreno de sus competencias, que se limitan al cuidado de los menores no acompañados -con la colaboración de los ayuntamientos y cabildos— «las cosas se están haciendo bien». En este sentido, puso en valor la creación de espacios para su acogida y la cesión de recursos al Gobierno central para migrantes adultos.