El Gobierno propondrá a los países africanos participantes en Cumbre Euroafricana sobre Migraciones, que se celebrará el 10 y 11 de julio en Rabat, establecer cada año cupos de trabajadores legales, en función de las necesidades del mercado de trabajo, para que acepten la repatriación de sus ciudadanos en situación ilegal.

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Con esta medida, el Ejecutivo busca crear un mecanismo que compense a los países subsaharianos por las readmisiones, que creen perjudiciales para sus economías porque les privan de las jugosas remesas de divisas que envían desde el exterior sus emigrantes.
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La propuesta fue dada a conocer por el Ministerio de Exteriores en la gira que su responsable, Miguel Ángel Moratinos, realizó esta semana por tres países de África subsahariana, y que acabó ayer en Mauritania. Fuentes diplomáticas explicaron que la oferta tiene ya el visto bueno del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, que dirige Jesús Caldera. La fijación de los cupos anuales se haría, explicaron, tras consultar a los sindicatos, asociaciones profesionales y organizaciones empresariales.
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La iniciativa «supone, en la práctica, un modo de que los africanos acepten las repatriaciones y como compensación nosotros les ofrecemos emigración legal y más ayuda al desarrollo», explicaron las fuentes consultadas. España confía en que los gobiernos africanos aceptarán esta propuesta.
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El Gobierno enmarcó su ofrecimiento dentro de los acuerdos migratorios «de segunda generación» que quiere suscribir con los países del África occidental atlántica, de donde parten o por cuyas aguas transitan la mayoría de los cayucos que llegan a Canarias cargados de indocumentados. Se trata, tal y como explicó Moratinos esta semana a los gobiernos de Cabo Verde, Guinea Bissáu, Gambia y Senegal, de un nuevo instrumento que permitirá afrontar el problema de forma «global», pues combinará las repatriaciones con los cupos de legales, la lucha contra las mafias y la ayuda al desarrollo.

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Gracias a los mauritanos

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La capital mauritana, Nuakchot, fue la última parada del ministro de Exteriores en su segunda gira africana. Moratinos agradeció al jefe del Estado mauritano, el coronel Ely Ould Mohamed, y a su homólogo, Ahmed Ould Sidi, la «excelente colaboración» de su país en «estos meses difíciles de gestión en materia de inmigración, que está dando muy buenos resultados».

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Fruto de esa colaboración, detalló un miembro de la delegación española, Mauritania ha dejado ya de ser un país de salida y de tránsito de la inmigración ilegal y los flujos se han desplazado al sur, hacia Senegal. España tiene destacada en Mauritania la patrullera Río Duero, en la que guardias civiles y gendarmes de ese país realizan patrullas mixtas por la costa. A pocas millas navega el buque de vigilancia aduanera Petrel, en el que también operan agentes de ambos países. En julio, un helicóptero de la Guardia Civil comenzará a sobrevolar la región para alertar de la presencia de cayucos.
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Mauritania es un país que el Gobierno considera «modélico» porque permite esas patrullas mixtas y ya acepta la repatriación de sus nacionales e incluso de ciudadanos de terceros países.