Las Karamba, seis mujeres que se empoderan con la música urbana

El Diario, , 17-03-2021

Barcelona, 17 mar (EFE). – Se llaman Las Karamba y son un grupo musical formado por seis mujeres originarias de Cataluña, Venezuela, Cuba, Panamá y Argentina que se empoderan a ritmo de trap, son, salsa o cha – cha – cha en su disco de debut, “Camino así”, que el próximo viernes presentan en el Black Music Festival de Girona.

Anggie Obin – flauta – , Ahylin Bruno – congas – , Ahyvin Bruno – voz y güiro – , Natasha Arizu – piano – , Liviet Ojeda – bajo – y Rita Baulida – timbales – forman Las Karamba, grupo formado en Barcelona en 2018.

Un grupo que desde entonces ha cambiado de componentes – Paula Grande, Magalí Datzira y Meritxell Neddermann lo han abandonado para dedicarse a sus carreras en solitario, en un símil de lo que les pasó a Las Migas – , de instrumentos – la flauta por el violín – e incluso de número, pues de siete han pasado a seis.

Caracterizadas por ser todas hijas de la emigración, menos la catalana Rita Baulida, la panameña Anggie Obin, que llegó procedente de Estados Unidos, donde estudiaba, explica a Efe que ahora quedan tres de las fundadoras: Baulida y las hermanas Bruno.

A su juicio, la propuesta de Las Karamba se centra ahora en “la música urbana”, a la que han llegado evolucionando desde la diversidad cultural cubana, básicamente el son y el cha – cha – cha, teniendo en cuenta que “Cuba tiene muchas ramificaciones”.

Canciones como “Basta ya”, “Margarita”, “No saben nah”, “Pasa la página” o “Presentes”, que explotan en un mensaje de reivindicación y soberanía femenina con el que se transmite toda la fuerza de generaciones pasadas que abanderaron la lucha y el cambio feminista.

“Reivindicamos el papel de la mujer. Estamos por el cambio del estereotipo machista, especialmente en este género, para que cambie la forma de ver a la mujer”, afirma Anggie Obin, que recalca que “Camino así” (Guspira Records) recoge las “experiencias vividas en Barcelona y todo lo que nos ha pasado en una ciudad diversa”.

Con edades comprendidas entre los 21 y los 30 años, Obin expone que “con el tiempo y el conocimiento mutuo” han descubierto nuevas afinidades musicales, aunque ha sido un proceso “difícil” ya que “todas tenemos muchas influencias e ideas propias, y poco a poco las vamos integrando”.

A su juicio, alguna trae una idea, una melodía, o un ‘break’ a su local del Poblenou y el resto añaden “un acorde, una armonía, y buscamos qué encaja”, siempre con el baile y el ritmo por bandera, como se podrá comprobar mañana en La Mirona de Salt (Girona).

Por Rafa Quílez

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