Tres personas murieron ayer y otras trece fueron dadas por desaparecidas al naufragar la patera con la que pretendían llegar a las costas de las islas Canarias, informaron fuentes de la Gendarmería Real marroquí. Los cadáveres de los inmigrantes clandestinos fueron descubiertos en una playa de la costa atlántica del sur de Marruecos, situada a unos 200 kilómetros al norte de El Aaiún, la capital administrativa del Sahara Occidental. Al cierre de esta edición, de los 17 inmigrantes ‘sin papeles’, todos ellos de nacionalidad marroquí, sólo uno había sido rescatado con vida.

Según el testimonio del hasta ahora único superviviente, la embarcación zozobró la noche del martes al miércoles debido al fuerte oleaje que se registraba en la zona. Todos los inmigrantes ilegales que pretendían llegar al archipiélago canario son originarios de la ciudad de Tan Tan, en el suroeste de Marruecos. La trágica noticia se producía escasas horas después de que la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía lanzara una espeluznante estimación sobre la sangría de vidas que la inmigración clandestina se ha cobrado desde finales del año pasado. La ruta entre África y las Islas Canarias ha registrado 3.000 muertes en los últimos siete meses, una cifra «escalofriante» que esta organización achaca a la política en materia de extranjería del Gobierno español.

Pero el drama diario de las pateras no acabó ahí. Poco antes, una embarcación de Salvamento Marítimo trasladaba a 36 subsaharianos al puerto de Los Cristianos, en el municipio tinerfeño de Arona, informaron desde Cruz Roja. Los inmigrantes viajaban en un cayuco que fue localizado a trece millas al sur de la isla.

En el frente diplomático, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunciaba ayer que el Gobierno está realizando operaciones conjuntas con países de la UE en Rumanía, Lisboa e Italia para frenar la llegada de inmigrantes y poder así extender a las fronteras y aeropuertos las medidas que se adoptan en el mar. Rubalcaba considera que las medidas adoptadas en materia de inmigración están dando resultados «aceptables», aunque reconoció que «corregir estos flujos de la noche a la mañana es prácticamente imposible».

Frente diplomático

Entretanto, a miles de kilómetros de allí, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, lograba arrancar de las autoridades de Mauritania el compromiso de readmitir a inmigrantes irregulares tanto de su país como de otros países vecinos que hayan utilizado las costas mauritanas como punto de salida en su viaje a las costas españolas de Canarias. En este sentido, el Ejecutivo de Nuakchott ha aceptado en las últimas semanas la devolución de más de 350 indocumentados.