Con 38 años, Rafael Marcos es un experto mediador que dirige la Asociación para la Resolución de Conflictos y Cooperación, Arco. Ayer entregó en Vitoria el premio concedido por su organización a Emilio Goubaud, fundador de la coalición centroamericana para la prevención de la violencia juvenil. Marcos apuesta por la prevención para evitar futuros problemas.

– A la hora de abordar un conflicto juvenil, la palabra clave será diálogo, ¿no?

– Por supuesto, pero además de hablar, hay que saber escuchar. A la hora de solventarlo hace falta tiempo porque es un proceso de generación de confianza, que no se produce de forma espontánea.

– ¿Esa falta de confianza es un problema habitual hoy en día?

– Yo creo que no. El problema actual entre la gente es que la capacidad de diálogo que tenemos es muy limitada y nos estamos acostumbrando a una comunicación mediática. Hay que retomar el espacio público, la calle, como lugar de convivencia.

– Uno de los muchos temas en los que trabajan los mediadores es el de las bandas latinas. ¿Cuál es la situación actual?

– En España es incipiente. Las autoridades tienen que estar muy atentas, porque deben intervenir ya, de una forma tranquila. La mayor parte de las bandas de aquí están formadas por predelincuentes, aún no han entrado en el crimen organizado, como ocurre en Latinoamérica. Allí ambos se han solapado.

– ¿Y cómo actuar ante este fenómeno que va a más?

– Desde luego no hay que hacerlo de una manera represiva, porque eso lleva a que el fenómeno se sumerja y se vincule al crimen organizado. Hay que hacer un diagnóstico y prevenir, sobre todo en 2º y 3º de Secundaria en los colegios, que es cuando a los chavales se les puede ‘vacunar’ contra estos colectivos. Tampoco se les puede demonizar, ya que estas pandillas tienen valores positivos, la amistad, solidaridad… pero a costa de la libertad. Se debe hacer un esfuerzo en reconducir estos grupos hacia el asociacionismo lícito, dotándoles de medios, capacitándolos para el empleo…

Evitar el alarmismo

– ¿Y en Vitoria podrían llegar a surgir estas bandas?

– Lo veo difícil porque es una ciudad con bastante buena estructura social, que está consolidada. Tiene unos servicios sociales potentes. Además, las autoridades se han dado cuenta de que puede llegar el problema y están actuando.

– ¿Cómo?

– Pues desde nuestra asociación hemos formado a la Policía Local y a los servicios de inmigración en estas cuestiones. Además, una forma de prevenir es que los chavales ocupen la calle, por ejemplo, a través de actividades como este Festival de Juegos. Se trata de socializar a los jóvenes, que se relacionen.

– Está en marcha la creación de una Casa de las Américas en Vitoria. ¿Qué le parece la idea?

– Excelente. ¿Acaso no hay centros regionales? Favorece la integración. Lo importante es tranquilizar a los vecinos, evitar el alarmismo. La gente tiene miedo de lo diferente, pero la mayoría de los que vienen es parar trabajar. Al final, todos queremos lo mismo: un trabajo, familia y amigos.