El concepto de raza en Alemania
Políticos alemanes como Karamba Diaby, de origen senegalés, abogan por modificar la Carta Magna
La Vanguardia, , 24-02-2021El término “raza”, inscrito en la Constitución alemana de 1949 como antídoto contra el ideario racista nazi, divide a la Alemania de hoy entre quienes defienden el sentido del articulado y quienes alertan de que es obsoleto y contraproducente.
“Nadie debe verse perjudicado o favorecido por su sexo, su origen, su raza, su idioma, su patria, creencia, ideología religiosa o política”, establece el artículo 3 de la Carta Magna.
Así quedó redactado, cuatro años después de la derrota del Tercer Reich, para preservar a las generaciones presentes y futuras del fanatismo nazi por la raza aria.
“Entre los seres humanos no hay, según la ciencia, más que una raza. No es acorde con los tiempos y debe ser modificado", advertía recientemente el diputado Karamba Diaby, en declaraciones a la radio pública regional de Berlín y Brandeburgo.
Diaby, del co-gubernamental Partido Socialdemócrata (SPD), nació en Senegal y se convirtió en 2013 en el primer diputado negro del Bundestag (Parlamento federal).
Este químico y político, Doctorado en Ciencias Naturales, ha sufrido varios ataques racistas, el último de ellos en forma de disparos contra su oficina de Halle, en el este del país, donde la ultraderecha es la segunda fuerza.
El contexto de la Covid
El pasado 2020 no fue un año que estimulara la amistad entre distintos pueblos. Las reacciones a la pandemia no fueron altruistas. Lo primero que hicieron algunos países fue cerrar sus fronteras a los extranjeros; algunos, incluso, las cerraron a sus propios nacionales que intentaban regresar.
La compra de vacunas se convirtió en un mercadillo en el que quienes primero compraron, antes de que hubiera resultados de las pruebas, fueron los que ya hoy empezaron a vacunar.
Lo cierto es que la canciller alemana, Angela Merkel, debe estar muy agradecida a los hijos de inmigrantes turcos en Alemania que crearon la vacuna contra la Covid.
Ugur Sahin y Özlem Türeci, un matrimonio de médicos alemanes de origen turco fundó la firma BioNTech, que ha desarrollado con Pfizer uno de los antídotos.
Türeci nació en Alemania, en la ciudad de Lastrup (land de Baja Sajonia). Es hija de un cirujano de Estambul que se mudó al extranjero por trabajo.
Sahin nació en Iskenderun (Turquía). Cuando tenía 4 años se mudó con su madre a Alemania para reunirse con el padre, que trabajaba en la fábrica de automóviles Ford de Colonia.
El padre de Sahin llegó como Gastarbeiter (trabajador invitado), nombre con el que las autoridades de la Alemania occidental llamaron a la mano de obra extranjera que en los años sesenta y setenta se trasladaba a este país contratada ex profeso.
La moral moderna
Este es un ejemplo de cómo la protección de los inmigrantes en Alemania es, sobre todo, un acto moral. Hay quienes, además, hacen cuentas y demuestran que es conveniente. Puede ser, pero ese argumento es secundario.
Una de las novedades bibliográficas del año pasado fue La amabilidad de los extraños, del profesor de psicología de la Universidad de California Michael E. McCullough. El subtítulo es explicativo: ‘De cómo un simio egoísta inventó un nuevo código moral’. Se refiere al código de respeto y amabilidad con los migrantes extranjeros.
La historia de la Humanidad es una historia de migraciones. El Homo sapiens empezó a migrar unos 300.000 años antes del comienzo del Neolítico (este periodo comenzó entre el 10.000 a.C y el 7.000 a.C, según las diferentes culturas, y se extendió hasta el 3.000 a.C).
Algo pasó en la historia reciente que cambió las cosas. Surgieron legislaciones que se apiadaban del desvalido, instituciones que apoyaban, por ejemplo, a las viudas y a los huérfanos (que eran objeto de los peores tratos) y también a quienes, por sequías, guerras y hambrunas o por expulsión, debían emigrar.
McCullough ve en ello el surgimiento de códigos morales, basados en la máxima: “No hagas al otro lo que no quieres que te hagan a ti”.
A partir de aquí, con elaboraciones racionales y lógicas, se llega a una moral más moderna. Las decisiones del Gobierno alemán deberían ir en esta línea.
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