La polémica sobre el islamo – izquierdismo, un controvertido neologismo para describir una convergencia entre grupos de izquierda e islamistas reaccionarios, agita estos días las aguas políticas y universitarias en Francia. La ministra de Enseñanza Superior, Investigación e Innovación, Frédérique Vidal, está en el ojo del huracán, tras declarar la semana pasada en un programa de televisión que el islamo – izquierdismo «gangrena a la sociedad en su conjunto y la universidad no es impermeable».

Vidal anunció el martes ante los diputados franceses que pedirá al Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS, por sus siglas en francés) una investigación sobre el islamo – izquierdismo en las facultades francesas para distinguir «lo que corresponde a la investigación académica y lo que corresponde a la militancia».

El término, acuñado por el historiador francés Pierre – André Taguieff en 2002, está ahora en bocas de todos, aunque no hay un consenso en Francia sobre su definición exacta y si se trata de un fenómeno real o imaginario, extendido o minoritario. La palabra se ha convertido en un insulto político.

«El islamo – izquierdismo, eslogan político utilizado en el debate público, no corresponde a ninguna realidad científica», advirtió el miércoles el propio CNRS, quien, a pesar de ello, aceptó participar en el estudio anunciado por la ministra para «aportar una explicación científica sobre las áreas de investigación afectadas».

El CNRS condenó «con toda firmeza a los que tratan de aprovechar para poner en tela de juicio la libertad de cátedra, indispensable en el método científico y en el avance de los conocimientos, o estigmatizar a ciertas comunidades científicas». Este centro condenó, especialmente, «los intentos de deslegitimación» de distintos ámbitos de investigación científica, como, por ejemplo, «los estudios poscoloniales, los estudios interseccionales o los trabajos sobre el término ‘raza’ o cualquier otro campo de conocimiento».

La ministra confirmó ayer que habrá una investigación «en el sentido sociológico del término» sobre el islamo – izquierdismo en las universidades francesas. Vidal, que aseguró en una entrevista con ‘Le Journal du Dimanche’ que siempre ha defendido «la libertad de cátedra y a los investigadores», reconoció que se trata de un fenómeno minoritario.

Jean – Luc Mélechon, presidente de La Francia Insumisa, acusó esta semana a la ministra de querer ejercer de «policía del pensamiento». Más de 600 profesores universitarios e investigadores –entre ellos el economista Thomas Piketty– denunciaron en una tribuna en el diario ‘Le Monde’ una «caza de brujas» y exigieron la dimisión de la ministra.

En cambio, los Republicanos, el partido de la derecha, quieren que la Asamblea Nacional examine «la penetración de la cultura de la cancelación (retirar el apoyo a personas o empresas como consecuencia de determinados comentarios o acciones) y el islamo – izquierdismo en el mundo universitario».

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, mostró ayer su apoyo a Vidal, a la que consideró «muy valiente». «Sería realmente no mirar de frente la realidad no ver que la universidad, los servicios públicos y las asociaciones están afectados por el islamismo ayudado a veces por los izquierdistas», dijo al denunciar que éstos «ven todo bajo el prisma de la raza y de la etnia, en vez de ver al ciudadano».

El titular de Educación, Jean – Michel Blanquer, ya denunció en octubre las complicidades intelectuales entre algunos sectores de la izquierda y el islamismo radical, creando también cierto revuelo político – mediático con ello.