Desarticulada en Menorca una red de prostitución forzosa con origen en Guinea
La Policía Nacional ha desarticulado una red de trata de seres humanos con fines de explotación sexual radicada en Menorca que vejaba y azotaba en Guinea Ecuatorial a familiares de las víctimas que se negaban a prostituirse en la isla. ,El jefe de sección balear de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Policía, Gonzalo Calleja, ha explicado que la operación se ha cerrado con la detención de siete personas y ha permitido libe
La Vanguardia, , 04-02-2021La Policía Nacional ha desarticulado una red de trata de seres humanos con fines de explotación sexual radicada en Menorca que vejaba y azotaba en Guinea Ecuatorial a familiares de las víctimas que se negaban a prostituirse en la isla.
El jefe de sección balear de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Policía, Gonzalo Calleja, ha explicado que la operación se ha cerrado con la detención de siete personas y ha permitido liberar a cuatro mujeres, dos de ellas menores de edad.
Calleja ha detallado que la investigación se inició al tener conocimiento de la existencia de una organización criminal asentada en Mahón e integrada por personas de Guinea Ecuatorial que se dedicaban a la trata de mujeres, algunas menores de edad, para ser explotadas sexualmente.
Los investigadores comprobaron que la organización tenía conexión con militares del ejército de Guinea que seleccionaban a las víctimas e incluso conseguían documentación falsa para hacerlas pasar por hijas de las tres familias que están involucradas en la red.
“Las edades van desde los 70 hasta los 23 años y la máxima responsable es la más mayor. Las hijas de ésta son las que explotaban a las supuestas nietas. Los dos últimos años han estado operando en Menorca”, ha indicado el responsable policial.
Una de las chicas obligada a prostituirse se negó y fue amenazada por la organización con ser devuelta a Guinea, lo que motivó a que intentara suicidarse.
A las víctimas les exigían el pago de deudas de hasta 60.000 euros, que aumentaban una vez en destino porque la red les obligaba a pagar los costes de manutención, alojamiento, ropa, preservativos e incluso la sometía a un régimen de multas por mal comportamiento.
“Alguna víctima ha contraído con la organización una deuda superior a los 100.000 euros. Les decían que tenían una vida mejor en España, pero no detallaban cómo. Una vez aquí, las obligaban a prostituirse”, ha remarcado Calleja.
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