La inmigración no supone un problema en la vida diaria de los españoles
La Razón, 26-06-2006La inmigración es para los españoles, según el CIS, el segundo gran
problema. Pero cuando se le pregunta a la gente cuál es el problema que
les afecta más directamente, baja al décimo lugar. Esto quiere decir que
hay una preocupación grande por la llegada masiva de extranjeros en un
corto espacio de tiempo, pero que a la gente, en su vida diaria, la
inmigración no le supone un problema tan grave, porque lo que tenemos son
cuatro millones de personas que cuidan de nuestros niños, de nuestros
padres, que nos sirven el café…; y lo que no piensan es en el esperpento
de que tienen viviendo en su casa a delincuentes.
Lo que hay que
preguntarse es si España, después de esta extraordinaria llegada de
inmigrantes, tiene los instrumentos para acogerlos e integrarlos. Yo creo
que la legislación en Extranjería no se puede contemplar sólo desde un
punto de blindar las fronteras y garantizar que todos los que vengan lo
hagan de forma legal, porque el objetivo no es sólo este, sino que tiene
que compaginarse con otros, que son las necesidades del mercado laboral y
la integración.
Y esto es muy complejo. En España es el Estado
el que garantiza lo primero y luego hay una serie de instituciones
autonómicas y locales que ponen en marcha políticas para integrar al
inmigrante.
Esto, desde mi punto de vista, es una concepción
errónea, pues todo debe contemplarse de manera integral desde el primer
momento, desde el momento en que tú eliges de qué países vienen los
inmigrantes, cuál es tu cultura de visados, política de nacionalidad, etc.
Ésa es la línea en la que ahora están trabajando los países de nuestro
entorno, que están incluso estableciendo condiciones de integración, como
puede ser el idioma.
La responsabilidad de integrar a los
inmigrantes recae mucho más en los gobiernos regionales de lo que puede
parecer a simple vista. Para nosotros, integración es un fenómeno mucho
más complejo que tener una tarjeta de residencia o estar físicamente en un
país. Es sanidad, educación, formación, convivencia, políticas
sociales…; y todas esas herramientas están en manos de las comunidades.
Pero la principal condición para la integración está en manos del Estado.
A un inmigrante no le importa nada hasta que tiene sus permisos en regla.
Por tanto, es muy importante, y es el gran reto que tiene España,
garantizar la llegada de inmigrantes en porcentajes mayores por cauces
regulares, porque no se puede funcionar a base de regularizaciones
extraordinarias cada tanto tiempo.
Hoy se ha hecho un proceso de
regularización, pero no se ha resuelto el problema de la irregularidad,
sino el de la documentación. Por tanto, el reto del futuro es garantizar
una llegada de inmigrantes por cauces regulares, esto es fundamental, y
eso valdrá también para la integración. Lo primero es tener los permisos
en regla, pues eso permite acceder a un trabajo con derechos sociales, a
reagrupar a tu familia…
Por tanto, es muy importante que las
competencias que tiene atribuidas el Estado funcionen, y luego ya venimos
las comunidades autónomas con todas nuestras responsabilidades y
competencias. Pero nosotros la sensación que tenemos es la de estar
solucionando problemas que el Gobierno genera.
Nosotros pensamos que
para que todo el mundo se integre se tienen que dar dos condiciones: la
primera es la igualdad de oportunidades y la segunda, el respeto a unas
normas de convivencia que sean comunes. Hay muchos retos que plantea la
inmigración, pero siempre intentamos que sean resueltos a través de
políticas generales, aunque también sabemos que hay retos específicos.
Las conclusiones sobre los métodos para la integración son, de todos modos,
muy temporales. En España tenemos una miopía importante al asociar
nacionalidad con extranjería. Esto va a cambiar. Los problemas gordos en
los países que nos rodean han venido con las segundas o terceras
generaciones de inmigrantes. En el futuro, en 15 o 20 años, lo que va a
pasar es que personas de nacionalidad española van a plantear problemas de
integración que hoy asociamos a personas de nacionalidad extranjera.
El reto que tenemos ahora es pensar en cómo integrar a los ciudadanos de tu
nacionalidad, pero que tienen diferencias culturales, lingüísticas…; eso
es lo que a mí me parece que será el reto más importante de cara al futuro.
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