«Los inmigrantes son una bendición»
La Razón, 26-06-2006Madrid – La inmigración es el segundo asunto que más preocupa a los
españoles. Por este motivo, y por la tragedia humanitaria que supone, se
hace necesaria una constante reflexión y un profundo análisis sobre cada
uno de los aspectos que afectan a un fenómeno que marcará necesariamente
el mapa futuro de la sociedad española. Y, por eso, LA RAZÓN ha organizado
una mesa redonda para analizar el asunto de la inmigración desde
perspectivas tan distintas como la económica, la legal, la política, la
periodística o la propia visión de los inmigrantes. La conclusión
fundamental del debate y exposición de las diferentes facetas que afectan
a este fenómeno es que la inmigración es positiva para el futuro de la
sociedad española, pero que existen múltiples retos que superar para
lograr que la inmigración deje de ser el problema que algunos consideran
que es. En la mesa se citaron opiniones muy diversas, pero con varios
denominadores comunes. Algunos de los ponentes coincidieron en señalar que
el principal reto de la inmigración es la integración en la sociedad, en
su cultura y en su modo de vida, al tiempo que se señalaba que la
inmigración selectiva, pese a las grandes dificultades que conlleva, es la
solución del futuro. Esta última opinión fue rebatida por Hassan Arabi, de
la Asociación Solidaria para la Integración Sociolaboral del Inmigrante,
que afirmó que pese a que es una solución parcial, la inmigración no
selectiva no dejará de llegar, dadas las necesidades de los países de
origen y la situación estratégica de España en el mapa. De todos modos,
Pablo Vázquez, director ejecutivo de la Fundación de Economía Aplicada,
defendió que lo más importante sería articular métodos mucho más flexibles
que permitan adaptar la oferta de empleo a la demanda, un plan que
permitiría controlar de un modo efectivo la inmigración. Y todo bajo una
premisa fundamental: «Ya sean venidos del cielo o en patera, los
inmigrantes nos van a solucionar un problema. Son una bendición». Del
mismo modo, varios de los ponentes demandaron la necesidad de trabajar en
los países de origen para el control de las mafias que trafican con
personas y para desarrollar en la medida de lo posible los flujos
migratorios desde esos terceros países, de modo que también en ellos no se
creen falsas expectativas con medidas como regularizaciones masivas u
ofertas de trabajo que luego no responden a las esperanzas de los
inmigrantes. En esta misma línea, una de las conclusiones fundamentales se
centra en la lucha que se debe desempeñar contra la explotación de
trabajadores que de manera irregular han entrado en nuestro país y que son
empleados por empresarios sin escrúpulos. Este problema genera asimismo
una economía sumergida que puede derivar en una situación realmente de
difícil mantenimiento. Otro de los aspectos más problemáticos de la
inmigración, su vinculación a la delincuencia, fue rebatido con firmeza
por Rodrigo Gavilán, portavoz de la Confederación Española de Policía, que
destacó que es muy distinto el concepto de inmigrante, en el que
implícitamente se entiende que viene a trabajar, y el de delincuente
transfronterizo, que sería el término más apropiado para aquellos que
asaltan chalés. Eso sí, no dejó de llamar la atención sobre algunos
problemas que están surgiendo, a través del ejemplo claro de que en Madrid
hay pisos donde se encuentran empadronadas 743 personas.
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