LA GRAN CITA ESTIVAL // INICIO DEL FESTIVAL DEL VERANO
El Grec abre sus puertas con un canto al diálogo entre las culturas
El Periodico, 26-06-2006El diálogo entre culturas quizá sea, en el terreno político, una bella ficción, pero en el mundo del arte dispone de abundantes voces que lo defienden y lo practican con convencimiento. Como Francesc Pi de la Serra, Javier Ruibal y Jabier Muguruza; un catalán, un andaluz y un vasco que tendieron anoche puentes transatlánticos en Plurals, recital que abrió la 30ª edición del Grec. El Festival de Verano de Barcelona ofrecerá, hasta el 5 de agosto, más de 50 propuestas de teatro, música y danza, con el patrocinio de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, Televisió de Catalunya y Catalunya Ràdio.
El escenario central de la muestra, el Teatre Grec, enmarcó el estreno de esta propuesta mestiza que los tres cantautores desarrollaron junto un grupo formado expresamente para la ocasión y que integró a músicos del Brasil, Argentina y Cuba. En ellos recayó en buena parte el peso del concierto, que incluyó diversos fragmentos instrumentales.
NOCHE DE APERTURA
Como suele ocurrir en las noches de apertura del Grec, el espectáculo contó con la asistencia de numerosas personalidades de la política, como Joan Clos, alcalde de Barcelona; Ferran Mascarell, conseller de Cultura; Joan Saura, conseller de Relacions Institucionals i Participació; Jordi Portabella e Imma Mayol, segundo y tercer teniente de alcalde respectivamente, y Jordi Hereu, portavoz del ayuntamiento.
También acudieron representantes de los medios de comunicación, como Rafael Nadal, director de este diario, y nombres populares de la cultura y las artes escénicas, como Joan Font (de Comediants), Josep Maria Benet i Jornet, Albert Pla, Daniel Giralt – Miracle, Jorge Wagensberg, Carles Flavià, Asha Miró, las actrices Carme Sansa y Àgata Roca, y The Wooster Group al completo.
Pi de la Serra, Ruibal y Muguruza dedicaron su nuevo espectáculo trilingüe al entendimiento entre las culturas planetarias, materia en la que predicaron con el ejemplo. Sus respectivos repertorios renacieron desde un nuevo enfoque aportado por el joven brasileño Munir Hossn.
Fue él quien abrió el recital con un solo de percusión al que siguió la actuación de Jabier Muguruza. Sus canciones interioristas, de un conmovedor detallismo emocional, dialogaron con unos arreglos que miraban hacia Brasil sin pasos en falso. Muguruza contó con la voz de su colaboradora habitual Mireia Otzerinjauregi. “Procuraré, hoy sí, hablar poco”, anunció. Pero acabó deteniéndose en el contenido de los textos en euskera, lo cual se agradeció. Maite zaitut, ez aludía a la “anorexia afectiva” y Eskaintza, con texto de Iñaki Irazu, “consigue hablar de la amistad y no decir tonterías”, aseguró.
COMBATIR “EL MIEDO AL OTRO”
Le siguió Pi de Serra, a dúo con Munir Hossn en Si la merda fos or, els pobres naixerien sense cul, manifiesto sarcástico que aludió a la inmigración y el mestizaje, temas estrella de la noche. En La cultura recordó que esta palabra rima con “dictadura”, “caricatura” y “caradura”. Cerró su pase con el estreno que dio título al espectáculo, Plurals, loa al diálogo intercultural precedida por un parlamento de Javier Ruibal en un correcto catalán. El gaditano señaló que el mensaje del concierto era combatir “el miedo al otro y a lo desconocido”, así como las nuevas formas de pensamiento único que actúan “como la Santa Inquisición y la caza de brujas”. Ruibal defendió el acercamiento “a los otros olores y sabores”.
Su repertorio se abrió con La reina de África y un fluido diálogo con los tres percusionistas del grupo. “Yo normalmente hago canciones de amor, porque es el gran asunto que nos interesa, pero hoy me sale el rollo reivindicativo”, bromeó. Rescató La flor de Estambul, con música de Erik Satie, y en La bella impaciente volvió a las andadas. “Esta va menos a lo social y más al asunto”, soltó. Dedicó El náufrago del Sáhara al pueblo saharaui y se despidió haciendo cantar al público en Isla Mujeres, una pieza que David Broza incluyó hace algún tiempo en su repertorio.
El fin de fiesta de este recital ideado por Daniel Negro, del Harlem Jazz Club, fue una sesión rítmica de candomblé, género ritual brasileño, que unió a los tres protagonistas. Fue el punto final de un espectáculo que sus responsables esperan reproducir en otros escenarios, incluida una posible cita en la Mercè.
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