El testimonio de Martina es uno más de otras muchas jóvenes rumanas que llegan a España engañadas por mafias. Recientemente, la Audiencia Provincial de Navarra condenó a un total de 12 años y medio de prisión a un rumano como autor responsable de un delito de inmigración ilegal y de tres más por obligar a tres compatriotas a ejercer la prostitución en varios locales de alternes de Navarra y Aragón.

La sentencia relató que una de las mujeres contactó con un compatriota quien le ofreció la posibilidad de trasladarse a España para trabajar como camarera. Engañada y maltratada, acabó ejerciendo la prostitución en un local de Tudela durante alrededor de un mes, hasta que el día 5 de abril por la tarde decidió marcharse del local, paró un vehículo a cuyo conductor pidió la llevara a la Guardia Civil para denunciar los hechos.

Las mafias de trata de blancas rumanas han elegido España para actuar. De las 3.053 extranjeras sin papeles que las fuerzas de seguridad españolas lograron liberar de las redes de prostitución en los últimos dos años, más de un tercio (1.106) eran rumanas. Los proxenetas rumanos controlan la prostitución en Cataluña, la Comunidad Valenciana, Madrid, Murcia…

Según señalan fuentes policiales, las mujeres son trasladadas desde Rumanía por carretera de forma más económica, lo que permite ofrecerlas a los dueños de los clubes de alterne a precio más reducido. Además, aseguran que las redes rumanas son «con mucho» las más violentas y las palizas y violaciones son frecuentes. Además, como en el caso de Martina en Gipuzkoa, amenazan a la víctima con hacer sufrir a sus familiares, puesto que en la mayoría de los casos conocen los domicilios de cada mujer en Rumanía.