La falta de plazas en los CIES obliga a liberar a 100 inmigrantes

El Mundo, 26-06-2006

Los policías denuncian las trabas continuas de los gendarmes marroquíes para aceptar la devolución de sus compatriotas Cerca de 100 inmigrantes de los 300 que llegaron en patera la semana pasada a Almería quedaron en libertad ante la falta de plazas en los centros de internamiento de extranjeros (CIES) y ante la resistencia de Marruecos a aceptar a sus ciudadanos.


Aunque el Gobierno insiste por activa y por pasiva en que está expulsando a todos los inmigrantes que llegan de manera irregular a España, la realidad está bastante lejos de estas aseveraciones. Sin ir más lejos la semana pasada se produjo un claro ejemplo de las serias dificultades que se producen a la hora de practicar las deportaciones.


El Gobierno marroquí rechazó la devolución de 30 compatriotas cuando ya se encontraban en la frontera de Melilla, un incidente que se produce con bastante asiduidad. Los policías que realizan estos servicios se quejan de la discrecionalidad de los gendarmes marroquíes y de las continuas tensiones y problemas que se generan cuando llegan a los puestos habilitados. «Estamos hartos de tener que reírles las gracias a los compañeros marroquíes para que no pongan pegas en aceptar a los suyos y cuando no les parece bien, no los aceptan y punto», se lamenta un policía.


El día 20 de junio había programados dos vuelos a Melilla con 30 marroquíes cada uno, según informaron a EL MUNDO fuentes policiales. Los integrantes del primer avión fueron trasladados a las dependencias policiales españolas, ya que el encargado marroquí de recibir el vuelo no acudió a esperarlos.


El segundo avión aterrizó sobre las 20.00 horas en la ciudad autónoma y los agentes tuvieron problemas para trasladar a los sin papeles, ya que la comisaría estaba ocupada con los inmigrantes del primer vuelo. Cuando, finalmente, se presentó el responsable marroquí aceptó a los del primer vuelo, pero se negó a admitir a más compatriotas.


El encargado magrebí argumentó que los ciudadanos no eran marroquíes sino argelinos, a pesar de que los propios inmigrantes habían reconocido ser oriundos de Marruecos. Los agentes interpretaron que, como por la mañana, ya habían llegado otros dos vuelos procedentes de Granada, el encargado se opuso a recoger a más sin papeles.


Los 30 inmigrantes se quedaron custodiados en Melilla, pero como ya habían pasado las 72 horas que marca la ley para realizar las devoluciones, hubo que ponerles en libertad. La ciudad autónoma se niega a que los irregulares permanezcan en su territorio, así que los inmigrantes pernoctaron en Melilla y, al día siguiente, fueron enviados en avión a Almería y abandonados en las inmediaciones del aeropuerto.


Cuando un inmigrante entra en patera en España, la Policía siempre intenta practicar la devolución, que es un proceso más ágil que la expulsión. Sin embargo, tan sólo tiene 72 horas para poder acometer todos los trámites.


Otros 27 subsaharianos tampoco pudieron ser devueltos a sus lugares de origen. Por tanto, pasaron a disposición de la Cruz Roja, quien les facilitó ropa, 60 euros a cada uno y un billete de autocar con destino a Barcelona.


Mención aparte merecen los ciudadanos argelinos, cuyas expulsiones son tremendamente complicadas y en esta ocasión, cerca de una cincuentena de ciudadanos de esta nacionalidad quedaron libres ante la falta de plazas en el centro de internamiento de extranjeros de Almería. Aunque en la comisaría son entrevistados por un intérprete que conoce todos los dialectos marroquíes y sabe determinar perfectamente quién es marroquí y quién es argelino, estos ciudadanos se resisten de mil maneras a declarar su nacionalidad.


Traslados masivos


El diputado del PP, Juan José Martí, también ha denunciado la llegada masiva de inmigrantes a Almería y critica que algunos están siendo trasladados desde otras comunidades autónomas. Muchos de los sin papeles se están asentando en campamentos insalubres como los existentes en El Ejido y Níjar.


Los policías consideran que el fracaso de las expulsiones es una de las principales causas del efecto llamada, ya que los clandestinos que se quedan en libertad lo primero que hacen es llamar a su país y contar lo fácil que es entrar.


Los agentes destinados en Almería aseguran sentirse desbordados ante la avalancha de pateras que alcanza sus costas, puesto que en lo que va de 2006 han arribado 75 pateras frente a las 80 que lo lograron durante todo el año pasado. Además, denuncian la falta de personal de la Brigada de Extranjería – que se tiene que ocupar también de la Operación Paso del Estrecho – y critican que el refuerzo de personal tan sólo consiste en 15 alumnos en prácticas, lo que les obliga a cerrar prácticamente todas las investigaciones durante el verano.


El incidente con Marruecos es uno más en la larga lista de conflictos con los países de origen a la hora de expulsar a los irregulares. Especialmente sonada fue la primera repatriación de senegaleses que terminó como el rosario de la aurora. Tras dos semanas de parón, las expulsiones a Senegal se han reanudado y se están realizando dos o tres vuelos diarios con 25 inmigrantes cada uno.

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