De la ley Caldera a la inseguridad

La Verdad, 25-06-2006

Señores «esta España unida, ya es historia», con pena y dolor está cambiando, en independentista, insolidaria e insegura. «Es un auténtico coladero», nos entran por el norte, por el sur y si faltaba poco por las Islas Canarias. Lo único que sabemos es que cada día nos sentimos más preocupados por la seguridad, y todo ello está provocando una auténtica alarma social. La Ley Caldera, ha tenido su efecto llamada y a las pruebas me remito porque sus consecuencias han tardado muy poco en llegar, ¿un año!.

Esta delincuencia importada, nos ha traído nuevos tipos de robos jamás conocidos por los españoles. Asaltan de día o de noche, con las personas dentro de sus casas, con total impunidad, amenazan a las familias, las golpean hasta conseguir su objetivo, son bandas armadas y bien preparadas, capaces de todo, el secuestro express es también un nuevo tipo de robo con amenaza.

Dar papeles en masa a la inmigración sin ningún tipo de control ha sido un error. No respetar las directrices de la Unión Europea, que desaconseja en muchas ocasiones la regularización masiva, ha sido una mala política.

Las cifras oficiales extraídas de la revisión del Patrón Municipal del año 2006 del Instituto Nacional de Extranjería acredita la llegada en el año 2005 de más de 110.000 rumanos, 25.000 búlgaros y 11.000 ucranianos, a todos estos tendríamos que sumar, los que no se han empadronado, en teoría, los más peligrosos. La realidad es que sólo en el año 2005, más de 400 inmigrantes diarios, han penetrado por la frontera pirenaica, y según datos de la Confederación Española de Policía, que merecen todos los respetos, en cinco años en España han entrado 500.000 inmigrantes de Europa del Este.

La seguridad de un país depende en su mayor medida de las políticas acertadas del Gobierno de turno. Leo muy recientemente que la Delegación de Gobierno de Murcia se niega a dar datos sobre el número de viviendas asaltadas en nuestra Región.

Así que, si la futura nación Catalana tiene a los Mossos d’Esquadra por decisión de la clase política catalana (que rechazó incorporar a la Guardia Civil al cuerpo de Mossos), ¿Para qué piden ahora ayuda al Gobierno Central?.

Antonio Miguel García – Carreño

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