Prácticamente sin excepción, los especialistas y la prensa perciben como un hecho potencialmente conflictivo la presencia de amplias comunidades musulmanas en los países más desarrollados en Europa, cuyo volumen, además, crece, por su mayor índice de natalidad. El estallido de la violencia juvenil en los guetos marginados de los suburbios franceses; los atentados de Londres, llevados a cabo por islamistas nacidos y educados en Gran Bretaña, y el repunte en unos cuantos países de la Unión de una ultraderecha cuya xenofobia es marcadamente antimusulmana han agravado las preocupaciones al respecto. Pero el mayor motivo de inquietud es que ningún país europeo ha definido un proyecto viable y convincente para integrar a esos colectivos. El semanario británico THE ECONOMIST ha abordado a fondo la cuestión y, tras pronosticar que en el 2025 los musulmanes serán la décima parte de la población europea occidental, ha concluido que los europeos deberían aprender algo del modo en que Norteamérica ha abordado el problema, pero también que, sin necesidad de imitar a nadie, Europa puede integrar a sus musulmanes.

“En algunos casos el integracionismo ha ido demasiado lejos: la prohibición del velo en Francia fue, sin duda, demasiado dura. Pero también puede serlo el multiculturalismo. La división entre Iglesia y estado que hay en Norteamérica y su tolerancia hacia el fervor religioso son atractivas, pero su mitificado ‘melting pot’ de comunidades no es un ejemplo definitivo. … Dos claras realidades se imponen: una es la importancia que tiene el empleo. En EEUU, para un recién llegado es fácil encontrar empleo, pero difícil acceder a la asistencia social. En Europa ocurre lo contrario. La desregulación de los mercados laborales puede ser un asunto menos emocionante que el de los velos o el de las viñetas, pero mucho más eficaz. Segundo, el futuro de los musulmanes europeos está en sus jóvenes. Y toda estadística deprimente al respecto – – en las prisiones francesas hay nueve veces más jóvenes de padres norteafricanos que hijos de padres franceses – – tiene su contrapartida esperanzadora: la cuarta parte de las musulmanas francesas están casadas con no musulmanes, los musulmanes acuden en masa a las universidades británicas e incluso están entrando en bastiones blancos como el partido conservador. Puede que dentro de 50 años los norteamericanos alaben a esta generación de jóvenes musulmanes europeos por haber encabezado la puesta al día que necesita el islam”.

Cambio de tercio. LE MONDE ha confirmado que el nacionalismo, el radical y el moderado, sigue siendo casi irrelevante en el País Vasco francés: “Divididas, rivales, carentes de una auténtica base popular, las organizaciones nacionalistas tratan de hacerse escuchar cuando parece que en España va iniciarse un proceso de negociación política. … No encuentran interlocutores. Los sucesivos gobiernos franceses, de izquierdas y de derechas han considerado que la ‘cuestión vasca’ solo podía solucionarse en el lado español. … La indeferencia oficial al comunicado que ETA ha dirigido a mediados de junio ‘a la opinión pública francesa’ ilustra esta intransigencia”. … Esas organizaciones estudian la posibilidad de presentar una candidatura única en las legislativas del 2007. … Pero su potencial es limitado. La petición de un referendo para crear un departamento vasco solo recogió 8.200 firmas".