Juguetes donados con destino a los campos de refugiados de Lesbos
Morlans Auzo Elkartea y Zaporeak colaboran para que los niños de los campos de refugiados de Lesbos tengan juguetes
Diario Vasco, , 05-01-2021Un año más, los niños de los campos de refugiados de la isla griega de Lesbos tendrán juguetes con los que poder jugar y divertirse. Morlans Auzo Elkartea y Zaporeak colaboran en una iniciativa solidaria por la que la asociación de vecinos del barrio donostiarra se encarga de la recogida de juguetes y la ONG guipuzcoana de transportarlos hasta la isla.
Se trata del cuarto año consecutivo en el que se organiza esta acción solidaria. Este año, la recogida de juguetes se llevará a cabo los días 8 y 15 de enero de 17.00 horas a 19.00 en el local de la asociación de vecinos de Morlans. La ONG Zaporeak se encargará de preparar, empaquetar y llevar estos juguetes donados a la isla griega de Lesbos donde sus voluntarios, organizados junto con la gente de los campos, los entregarán a los niños.
Los juguetes serán enviados en un camión. Peio García Amiano, uno de los fundadores de Zaporeak, estima que el camión saldrá el día 16 «aproximadamente» y en siete días llegará a la isla griega. «Se suele recoger un par de palés» y añade que son «bastantes juguetes». Desde Zaporeak animan a los guipuzcoanos a donar juguetes por la causa.
Jugar sin juguetes
Este año cuentan además con la colaboración de la DonostiCup, que ha donado «un montón de balones de cuero» para que los niños refugiados jueguen con ellos. El fundador de Zaporeak celebra que, con esta donación, «los niños de Lesbos podrán dar patadas a un balón en lugar de dárselas a las piedras».
«Ellos no tienen juguetes, no tienen nada», denuncia García Amiano. Los voluntarios de la ONG donostiarra que ayudan en Lesbos observan que estos niños «se divierten con juegos de calle». Recurren a la imaginación y a los juegos en grupo, «como jugábamos nosotros de pequeños», explica el donostiarra. Por ello, la razón de esta iniciativa.
El fundador de la ONG señala que poder entregar estos juguetes a los niños que viven en los campos de refugiados «es una inyección de alegría». «Con los problemas que están pasando, es importante que tengan momentos alegres» y así puedan distraerse y olvidar «lo mal que lo están pasando».
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