La equiparación entre los dos sexos en el mercado laboral es una tarea pendiente de la sociedad española. El Gobierno trata de impulsarla por medio de la Ley de Igualdad, que aprobó el viernes el Consejo de Ministros. Pero el reto pasa, sobre todo, por la incorporación de las mujeres al trabajo en una proporción superior a la registrada hasta ahora. Lo ha hecho un 47% de ellas, según datos de finales del pasado ejercicio, frente al 69% de los hombres. Las distancias se reducen, pero si se mantiene el ritmo de la última década la homologación de la tasa de actividad puede tardar 40 años, aunque ese objetivo está ya a punto de lograrse en alguno tramos de edad.

Las mujeres han colaborado de manera decisiva en la fase de crecimiento económico español de la última década. Su aportación a la expansión sin precedentes que ha tenido el mercado laboral ha sido fundamental, por encima incluso del colectivo de inmigrantes, al que se ha atribuido la salvación a corto plazo del sistema de Seguridad Social. En ese periodo se ha reducido en casi una cuarta parte su desventaja en la tasa de actividad sobre los varones – de 27 a 22 puntos – al situarse esa variable en el 47%, frente al 38% de 1996. Entre las jóvenes de 20 a 24 años la diferencia es ya de sólo cuatro puntos (55,9%, frente al 51,8% de los hombres).

En la última década, se han creado en España 6,47 millones de puestos de trabajo, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de los que el 54% – 3,46 millones – corresponde a mujeres. Esta rápida incorporación al mercado laboral se percibe mejor si de las cifras se sustraen los trabajadores inmigrantes, mayoritariamente varones. Según el INE, mientras los hombres de nacionalidad española han ocupado casi 1,8 millones de los nuevos empleos, las mujeres han captado más de 2,5 millones; es decir el 60% de ese subtotal.

Sin embargo, su nivel de paro casi duplica al de los varones, con cifras del 11,6 y 6,6% respectivamente en el último trimestre del pasado año, muy por encima de la media de la UE: 9,8% y 7,9%, respectivamente.

Meta lejana

Pese a todos los avances, los datos oficiales indican que queda un largo trecho para alcanzar la igualdad en este apartado del mercado laboral. Así, la tasa de actividad de las mujeres de 15 a 24 años es en España del 42,6%, frente al 51,6% de los hombres, según la oficina de estadísticas de la UE (Eurostat). Esta proporción es notablemente superior a la de Francia e Italia, pero inferior a la Alemania, Suecia y, especialmente, el Reino Unido. En la Unión, esas cifras están en el 41,8% y 48,3%, respectivamente. Se trata, sin embargo, de una edad en que la permanencia en sistema educativo puede distorsionar el nivel real incorporación femenina al mundo laboral.

Otro grupo de edad, el que va de los 25 a los 54 años, puede dar una idea más real de la situación. La tasa de actividad de las damas se sitúa en el 69,9%, frente al 92,4% de los varones; es decir, 22,5 de puntos de diferencia, muy cerca de los 22 que arrojan el conjunto de los dos colectivos. Con respecto a Europa, España se sitúa en ese tramo por encima de Italia, pero a más de ocho puntos de Alemania, Francia y Suecia, y un poco más cerca del Reino Unido. Las medias de la UE son del 76% y del 92,2%.

La única vía para solucionar la baja tasa de actividad femenina parece ser el relevo generacional: en especial, en los grupos de más edad, donde las diferencias son mucho más acusadas. Por ejemplo, según los datos de Eurostat, sólo el 38,4% de las mujeres de entre 50 y 64 años trabajan en España, frente al 72,7% de los varones. De los países europeos mencionados, sólo Italia está por debajo, mientras que Suecia prácticamente duplica esta cifra, con el 75,1%.

País Vasco

En el País Vasco, las mujeres han ocupado 160.900 de los 265.400 empleos creados en los últimos diez años – datos del INE – , lo que representa el 60,6% del total y un comportamiento prácticamente idéntico al del conjunto de España, pese a que existe una notable diferencia en la creación de empleo: mientras en la comunidad autónoma creció en el periodo de referencia el 37,7%, en España lo hizo el 51,2%.

La evolución fue muy similar en lo que se refiere a las tasa de actividad. La de las mujeres pasó del 38,9% al 48,1% en diez años (9,2 puntos), y en España, del 37,8% al 47,4% (9,6 puntos).