Pues va a tener razón el senador del Partido Popular por Gran Canaria Sergio Ramos cuando le espetó la pasada semana al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que no tenía «ni puñetera idea» de lo que sucede en Canarias en torno a la inmigración irregular, sobre todo los sentimientos que está generando la caótica gestión ministerial. Pero resulta que tres cuartos de lo mismo ocurre con los compañeros del militancia de Ramos. Al menos con los que gobiernan en Andalucía.

La Junta andaluza, cogobernada por PP y Ciudadanos con la inestimable ayuda de Vox, puso ayer el grito en el cielo porque hasta allí están llegando inmigrantes que recalaron en Canarias. Lo dicen como si el archipiélago fuera un tercer país y para transitar entre este rincón del Atlántico y las provincias andaluzas hubiera que pasar una frontera. Se les olvida, o no lo cuentan porque no les interesa, que un inmigrante puede moverse por el territorio del país al que llega si recibe el consiguiente permiso administrativo. Y lo tienen lo mismo para salir de las carpas de Barranco Seco y pasear por Vegueta que para darse un salto a Granada, Sevilla o cualquier otro lugar de la península.

¿Se debería avisar a las autonomías a las que se desplazan? Sí. Y también a los ayuntamientos. Pero no para confinarlos, pues no llevan el coronavirus encima por el simple hecho de ser inmigrantes, sino precisamente para evitar esas versiones interesadas. Y mal intencionadas. Tampoco estaría de más avisar a los ayuntamientos pero por el mismo motivo. ¿Por qué no se hace? Solo me cabe una explicación: bienvenidos a otro episodio de la evidencia de la inutilidad de las delegaciones del Gobierno, que están al tanto de esos movimientos, entre otras cosas porque el control de la documentación es competencia de la Policía Nacional.

Lo que indigna es la falta de solidaridad con Canarias. En el caso del Gobierno central, porque su mandato inicial fue convertir las islas en cárceles o guetos de inmigrantes y en cuanto a la oposición, porque se ha interesado por Canarias solo para arremeter contra Pedro Sánchez y compañía. Ahora se explica mucho mejor por qué cuando vinieron Pablo Casado y Santiago Abascal y se les preguntó por las derivaciones, su única respuesta fue ponerse a silbar.

A día de hoy, seguimos esperando que la Federación Española de Municipios y Provincias haga público al menos un tuit de solidaridad con Canarias. Otros que estarán comprando langostinos para Navidad y no tienen tiempo…