Cada vez son más las mujeres que huyen de sus países para buscar una vida segura y libre en otros estados y en muchas ocasiones esa huida está motivada por situaciones de violencia que padecen por el mero hecho de ser mujeres, ha denunciado Acnur.

La Agencia de la ONU para los Refugiados ha celebrado en Madrid el acto “Mujeres refugiadas 25 años después de Beijing” para exponer la dura realidad de las solicitantes de asilo tanto en sus países de origen, como en el tránsito y en los territorios de destino, así como para subrayar la necesidad de que la política de asilo y refugio cuente con un enfoque de género.

“Estas mujeres sufren y muchas veces las causas de su desplazamiento es el mero hecho de ser mujeres: violencias de género, violencias sexuales, violencia en el ámbito familiar por ser mujer son en muchas ocasiones las razones por las que han tenido que huir de su país para buscar refugio”, ha sostenido la representante de Acnur en España, Sophie Muller.

Así, la guerra, la esclavitud sexual, la violencia de género, la trata de seres humanos, la esterilización y los matrimonios forzosos o la mutilación genital son algunas de las causas que hacen huir a estas mujeres.

“Cuando la violencia y el daño se vuelven tan intolerables no les queda otra opción que huir para salvar sus vidas”, ha expresado la representante adjunta de Acnur en Guatemala, Rebeca Cenalmor.

En este sentido, la coordinadora de la Red Ödos que ayuda a mujeres subsaharianas que llegan con sus hijos pequeños a España por mar de manera irregular, Cristina Manzanedo, ha indicado que en el 85 % de los casos la violencia era una constante en la vida de las mujeres.

También durante el tránsito a España la sufren: en ocasiones padecen violencia sexual y son captadas por redes de trata. Por ello, ha aseverado, son necesarios dispositivos específicos.

“Yo no conocía la importancia de la mujer, aquí me han ayudado a entenderlo porque aquí la mujer y el hombre son iguales, en mi país no. Me gusta que aquí mi vida no depende de nadie, porque soy una mujer que trabaja”, ha explicado Mariam Meite, refugiada de Costa de Marfil.

No hay un único perfil de mujer solicitante de asilo, ha advertido la subsecretaria del Ministerio del Interior, Isabel Goicoechea, quien ha apuntado que alrededor del 45 % de las solicitudes de protección internacional que se realizan en España las hacen mujeres y que en lo que va de año se han concedido 1.830 estatutos a mujeres.

Goicoechea ha lamentado que en los países de origen de estas mujeres hay una “impunidad colectiva” cuando se somete a las mujeres a procesos de persecución y ha reiterado que es necesario ofrecerles un entorno de confianza y hacer un mayor esfuerzo en la detección temprana y de calidad de las situaciones que requieren protección internacional.

“El enfoque de género es prioritario”, ha adelantado la secretaria de Estado de Migraciones, Hana Jalloul, quien ha precisado que las víctimas de trata requieren una protección particular.

Por su parte, la embajadora en Misión Especial para la Igualdad de género en la política exterior, Clara Cabrera, ha matizado que las mujeres sufren en mayor medida el impacto de los conflictos y la violencia (“la desigualdad de género es una condición que favorece el conflicto”), pero también son agentes de cambio y de la paz.

En el acto, organizado para conmemorar los 25 años de la Declaración de Beijing y los 20 años de la Resolución 1325 de Mujeres, Paz y Seguridad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, Cristina Gallach, ha denunciado además que la crisis de la pandemia tiene un “efecto diferenciado y desproporcionado” en las mujeres.

Es por ello que ha ahondado en la “necesidad imperativa” de poner en marcha soluciones con enfoque de género para salir de ella de forma “inclusiva y justa”.