El Aita Mari zarpa para salvar vidas

Inmigración. Con la firme «determinación» de rescatar alas personas que intentan llegar a Europa, los 13 tripulantes del buque soltaron amarras anoche en Pasaia rumbo al Mediterráneo

Diario Vasco, AMAIA CHICO San Sebastián, 03-12-2020

Solo el pasado mes de noviembre, 4.500 personas intentaron cruzar desde las costas libias a Europa. Algunas lo consiguieron, otras fueron interceptadas por las autoridades del país africano y devueltas al ‘infierno’ del que quieren huir, muchas perecieron ahogadas. «Las condiciones ahora son más duras, con días más cortos, más frío y viento y menos horas de navegación diurna», constata Iñigo Mijangos, pocas horas antes de que el Aita Mari zarpara anoche de nuevo rumbo al Mediterráneo Central con la firme «determinación» de salvar vidas. «Vamos con el mismo empeño, pero con el desgaste de esta sordera» internacional que sigue sin escuchar las llamadas de auxilio para habilitar «vías seguras» de migración.

El Aita Mari será en las próximas semanas el único barco de rescate presente en la zona. Espera llegar antes de Navidad, para el 15 o 18 de diciembre, después de sortear el temporal que hoy les obliga a ‘abrigarse’ en Bilbao antes de dar la vuelta a la Península. «Será una misión operativa en mar más corta, creo que estaremos un mes y medio», explica el presidente de Salvamento Marítimo Humanitario, que incluye en ese tiempo el viaje de ida, la misión de rescate y la previsible cuarentena que tendrán que guardar en el puerto italiano que les asignen si desembarcan a algún grupo de personas.

El Aita Mari recibió ayer por la tarde el despacho del Ministerio de Fomento que esperaba desde hace días para volver a zarpar, tras seis meses atracado en Pasaia. «Por fin podemos salir, después de un proceso burocrático eterno», se felicitaba Mijangos. Ese proceso comenzó el pasado abril, después del último rescate de 44 personas. Tras el desembarco en Sicilia, el Gobierno italiano les exigió unas reformas a bordo «en una estrategia para detener la flota solidaria», consideran. Y tras invertir unos 40.000 euros en adquirir dos balsas nuevas, realizar una plataforma para balsas de emergencia o construir tanques de aguas negras, entre otras cosas, cumplen con todos los requisitos.

Iñigo Mijangos, presidente de Salvamento Marítimo Humanitario.
Iñigo Mijangos, presidente de Salvamento Marítimo Humanitario. / ARIZMENDI
Además, los 13 tripulantes de esta misión llevan todo el equipo anti-Covid y han adaptado incluso circuitos y zonas dentro del barco en caso de rescatar a alguna persona que dé positivo. «Llevamos test de antígenos para hacer screening a los grupos que podamos rescatar, y según si hay algún caso o no, hemos definido zonas separadas para el aislamiento. Nosotros llevamos también mascarillas y EPI», explica tras agradecer el apoyo y donaciones de muchas empresas y de la ciudadanía que ayer en Trintxerpe se acercaba a despedirles. «Eso es lo que nos anima a seguir», asegura, porque si esperan a que Europa mueva ficha…

«No hemos visto ningún cambio en la Unión Europea desde la primera vez que salimos», lamenta. «Y la última propuesta de pacto migratorio trasladada por Von der Leyen es muy conservadora. La única sorpresa agradable es la respuesta fuerte dada no solo por las organizaciones humanitarias, sino también por los países como España, Italia o Malta para que se abran vías seguras para los migrantes. A ver si se hacen realidad». Mientras tanto, ellos seguirán salvando vidas.

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