La preferida de los sondeos para ser la candidata socialista a la elección presidencial del 2007, Ségolène Royal, presidenta de Poitou – Charentes, entró ayer en competencia directa con su gran rival para la presidencia francesa, el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, en los temas de seguridad e inmigración.
La candidata a la investidura socialista propone ahora potenciar la “inmigración de trabajo” y expulsar, a la salida de la cárcel, a todos los extranjeros que se hayan convertido en “delincuentes peligrosos”. Royal, no obstante, precisó que la medida no afectaría “a los que hayan crecido en Francia, sino a los autores de delitos que hayan llegado hace poco”.
Para la “inmigración de trabajo”, propone además “instaurar un derecho moderno de ida y vuelta”; una especie de visado permanente, ya que, según cree, muchos inmigrantes se quedan en Francia y no vuelven a sus países de origen porque “tienen miedo de no poder regresar” a territorio francés. Sobre los vuelos chárter para devolver a los inmigrantes sin papeles, Royal señaló que el tema no es el medio de transporte, sino “los criterios de reconducción a la frontera”.
Royal planteó ayer, por vez primera, un esbozo de su programa en política exterior, y expresó el deseo de devolver a Francia “una voz que se oiga”, lejos de “discursos derrotistas”.
La probable candidata del Partido Socialista se vio obligada a dulcificar su posición en lo que se refiere a los matrimonios gais y a la posibilidad de que estas parejas adopten hijos. .