El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró ayer que no tiene intención de renunciar a su cargo por la errática gestión de la crisis migratoria que dio lugar al desalojo de 227 inmigrantes del campamento de Arguineguín, y confirmó que desconoce los motivos por los que fueron puestos en la calle. «No voy a dimitir», aseguró en respuesta a una pregunta del PP en la sesión de control del Congreso, «he ordenado una investigación y se tomarán las medidas necesarias si se observa alguna descoordinación, nosotros no tenemos ningún inconveniente en reconocerlo», añadió.

El ministro defendió en su intervención la política migratoria del Gobierno estatal y responsabilizó de la actual falta de plazas de acogida en las islas a la actuación del anterior Gobierno de Rajoy. «Si estamos trabajando ahora en infraestructuras en Canarias es porque ustedes las deshicieron durante siete años», aseguró dirigiéndose a la diputada popular Ana Vázquez, que pidió su dimisión por su negligencia ante la crisis migratoria.

Frente a las duras críticas de la oposición, el titular de Interior aseguró que el Gobierno estatal lleva trabajando dos años y medio en política migratoria para corregir la inacción de anteriores legislaturas y puso como prueba que en el año 2019 se redujo la entrada de inmigrantes al país en un 50%. «El problema que estamos atravesando en Canarias es muy distinto», señaló, «es un problema extraordinario y excepcional, muy complejo, consecuencia de la presión migratoria que por la pandemia están sufriendo nuestros vecinos africanos», añadió.

Destacó el trabajo que se ha realizado en coordinación con los países de origen, consistente en incrementar los operativos con más equipos conjuntos de investigación, mayor presencia de Policía y Guardia Civil en Mauritania, Senegal y Gambia, y más intercambio de información con Marruecos, país al que anunció su intención de trasladarse el viernes para reforzar la lucha contra las mafias organizadas. «Vemos los que llegan pero no vemos los que hemos evitado que lleguen y que pongan en peligro su vida», expuso, «es un trabajo complejo que seguimos haciendo». Grande-Marlaska confirmó asimismo ante el pleno del Congreso que ayer ya iba a comenzar el traslado de parte de los emigrantes al nuevo campamento de Barranco Seco, y avanzó que los traslados continuarán. Cuando visitó las islas el ministro garantizó que el campamento del muelle de Arguineguín se desmantelaría «en semanas» sin establecer un plazo concreto.

Las explicaciones del titular de Interior y el anuncio de la apertura de una investigación para determinar de dónde salió la orden de sacar a los inmigrantes del muelle y dejarlos en libertad sin asistencia no contentaron a casi nadie y no frenaron la cascada de peticiones de dimisión. Por el PP, a la exigencia que la diputada Vazquez llevó a la sesión de control del Congreso se unió la voz del senador popular por Gran Canaria, Sergio Ramos, que reclamó la dimisión inmediata de Grande-Marlaska o su cese por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. «Nos están tomando el pelo, Marlaska es un mentiroso compulsivo y debe irse», señaló. En todo caso, si como el propio ministro adelantó continúa en su puesto, Ramos considera que debe dar explicaciones inmediatas por lo que ayer mismo presentó una petición para que comparezca con carácter urgente en el Senado.

Drama humanitario
La diputada de CC, Ana Oramas, también pidió desde su escaño la dimisión del titular de Interior por no saber afrontar el drama humanitario y soltar a 200 inmigrantes «sin tener donde dormir y sin comer». Su compañero de partido, el senador nacionalista Fernando Clavijo, aseguró por su parte durante el debate de una moción sobre el pacto migratorio europeo en la Cámara Alta que la intención del Gobierno de España, al que tildó de irresponsable, es «convertir a Canarias en una cárcel para luego, cuando se produzca un incidente, responsabilizar al pueblo canario», afirmó. Clavijo lamentó que PSOE y Podemos se negaran ayer a aceptar dos enmiendas suyas a la moción que se debatía en el Senado en las que pedía el desmantelamiento inmediato del campamento de Arguineguín y la recuperación de la comisión delegada para asuntos migratorios, el anterior órgano de coordinación interministerial presidido por Carmen Calvo que el Gobierno disolvió en febrero.

Aunque en el capítulo de petición de dimisiones, el episodio más atípico lo protagonizó Podemos Canarias, que a través de su coordinadora general, Laura Fuentes, exigió la renuncia inmediata del ministro de Interior por su actuación «profundamente decepcionante», al dejar salir a 227 inmigrantes del campamento de Arguineguín sin tener un lugar donde pasar la noche. La dirigente la formación morada lamentó que un ministro de un gobierno progresista «juegue de esa forma con la dignidad de las personas migrantes» y acusó al Gobierno estatal, del que forma parte su partido en coalición con el PSOE, de hacer dejación de sus funciones. Las palabras de Fuentes fueron desautorizadas ayer por el presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, quien aseguró que su partido no pide la dimisión de Marlaska porque «evidentemente entre socios de gobierno no se pide la dimisión de nadie, creo que Podemos Canarias se equivocó», expuso. Asens valoró como positivo que el partido en las islas haya matizado sus declaraciones iniciales.