Y lo peor es que nadie con mando dio la cara

En la Delegación del Gobierno se preocuparon de blindar el edificio; en el Ejecutivo regional estaban apagando fuegos

Canarias 7, FCO. SUÁREZ ÁLAMO, 18-11-2020

La Policía Nacional no se gobierna sola. Tiene una estructura de mando perfectamente clara y en Canarias el jefe superior se cuadra cuando se encuentra con el delegado del Gobierno en Canarias. No es que sea su jefe directo pero es más fácil que el ministro del Interior se le ponga al teléfono al inquilino de la Plaza de la Feria que a quien tiene su despacho en la Supercomisaría.

Si a lo anterior se une el hecho de que en la Jefatura Superior de Policía viven días de mudanza, pues para hoy estaba previsto el acto oficial de toma de posesión del nuevo mando, se comprende perfectamente que ayer las primeras llamadas en busca de explicación por lo que había pasado en Arguineguín sonaran en la Delegación del Gobierno. Y algunos teléfonos se cansaron de llamar porque no hubo respuesta. Claro que en los que alguien descolgó, tampoco dio con un interlocutor que consiguiera explicar lo ocurrido.

Al cierre de esta edición, la interpretación que gana peso no deja precisamente bien a Interior, pero tampoco a la Delegación. Hay dos teorías: una habla del malestar del ministro y su equipo al quedar al descubierto que habían mentido con lo de que en Arguineguín los inmigrantes solo estaban un máximo de 72 horas y habían optado por dar salida y que el Ministerio de Migraciones resolviera la ubicación, y la otra apunta a una revuelta interna en la Policía Nacional, donde los ánimos están caldeados por el sobreesfuerzo en el muelle moganero. Con el añadido de que en ese municipio la competencia en seguridad corresponde a la Guardia Civil.

Respecto a la Delegación, también hay dos explicaciones y ninguna igualmente favorable a la gestión de Anselmo Pestana. Unos dicen que se enteró por un tercero de la salida de más de 200 migrantes del muelle sin destino claro, mientras que otros sostienen que estaba al tanto pero ni avisó al Ayuntamiento moganero ni tuvo capacidad de reacción. Lo cierto es que el delegado del Gobierno ayer no se dejó ver. Eso sí, alguien dio la orden de reforzar la vigilancia en el exterior, como si temieran que los migrantes fuesen a asaltar el viejo edificio de la Plaza de la Feria. Claro que aquello no es Versalles y Pestana tampoco es María Antonieta. Después de todo, los desalojados solo querían un techo y un bocadillo.

En Mogán, mientras, lo ocurrido ha convertido a Onalia Bueno en una especie de Agustina de Aragón. La alcaldesa se ha erigido en defensa no solo de sus vecinos sino de los derechos humanos de los migrantes. En las filas socialistas no son pocos los que se preguntan cómo van a poder hacer campaña en las próximas locales con estos precedentes. Claro que en el PSOE todo queda reducido a mensajes de Whatsapp y conversaciones de pasillo, pues nadie da la cara. Están esperando recibir el argumentario. Y si a Onalia Bueno se lo han puesto en bandeja, otro tanto a Coalición Canaria. Esta mañana José Miguel Barragán y Fernando Clavijo comparecerán para hacer balance del triste episodio vivido ayer. Sobra decir que lo tienen fácil.

En el PP, mientras, afilan los cuchillos esperando la comparecencia de ministros en las Cortes. Los senadores Asier Antona y Sergio Ramos ya tenían artillería pero ayer recibieron encantados nueva munición para su labor de desgaste.

¿Y el Gobierno canario?
Pues apagando fuegos. Así lo resumía ayer un integrante del Ejecutivo. Pero esta vez no es un incendio en la cumbre de Gran Canaria, ni un turoperador que quiebra. Tampoco es una calima anormalmente virulenta ni un coronavirus que se cuela en nuestras vidas y lo cambia todo: en esta ocasión los pirómanos están en casa. El presidente Ángel Víctor Torres se pasó la tarde y la noche apagando el incendio que le habían provocado entre Interior, Migraciones y una Delegación del Gobierno ausente, con el añadido de un Ministerio de Defensa que cedió a regañadientes instalaciones en desuso y luego se ha puesto nuevamente de perfil.

El equipo de Presidencia se vio haciendo lo que correspondía a otros: calmar los ánimos de Cruz Roja, que argumentaba que no tenía medios para atender a los migrantes enviados a la capital; buscando alojamiento sobre la marcha… y, sobre todo, intentando que alguien les explicase lo que había ocurrido y por decisión de quién. Porque ellos tampoco encontraron una respuesta clara.

Claro que los incendios se sabe cómo empiezan pero no hasta dónde llegan. Anoche, Nueva Canarias ya advirtió de que lo ocurrido «es la gota que colma el vaso de la incapacidad más extrema» del Gobierno central, al que acusa de hacer oídos sordos a los planteamientos de Canarias. Y NC es socio del cuatripartito regional, como lo es Podemos, que lleva tiempo subrayando que la política migratoria no se parece a lo que ellos propugnaron y tampoco a lo que defendió el PSOE en su día. No podía faltar Casimiro Curbelo, que también echó leña al incendio y subió el tono contra Madrid.

La noche, por tanto, se tornó calentita en lo político. Pero en la Plaza de la Feria seguían a lo suyo: silencio.

Los ministerios de Interior y Migraciones ofrecieron ayer versiones contrapuestas de lo ocurrido. Interior dijo que los migrantes no habían sido derivados a lugares de acogida ante el colapso de la red de centros habilitados, esto es, porque no había donde llevarlos. Y anoche la Secretaría de Estado de Migraciones sorprendía con un comunicado anunciado que había dado instrucciones para que se recogiera inmediatamente a los más de 200 inmigrantes que habían salido del campamento de emergencia del muelle de Arguineguín, de manera que sí habría sitio para ellos. De hecho, anoche fueron llevados en guaguas desde la Plaza de la Feria al sur, en concreto al concreto alojativo Vistaflor. «Tras conocer los hechos, se han dado instrucciones para que se recoja inmediatamente a todas estas personas y sean derivadas a plazas del sistema de acogida», informaron fuentes de la Secretaría de Estado citadas por la agencia de noticias Efe. «Van a ser derivados a plazas del sistema de acogida», explicaron las fuentes. ¿Por qué entonces se les dejó en la calle con la excusa de que no había donde acogerlos?

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