Un total de 1.328 migrantes llegaron en el mes de octubre a las costas italianas desde Túnez, frente a los 381 llegados durante el mismo periodo del pasado año, lo que supone un aumento del 180 %, reveló hoy el último informe de la ONG Foro Tunecino por los Derechos Sociales y Económicos (FTDES).

Según esta asociación, que sigue de cerca el fenómeno migratorio, 11.212 migrantes alcanzaron el país europeo durante los diez primeros meses del año, mientras que otros 11.900 fueron interceptados por las fuerzas de seguridad.

En cuanto a su origen, el 27 % de ellos son de nacionalidad extranjera, es decir, cerca de 3.000 personas. Por otro lado, una de las cuestiones que más preocupa al FTDES es el aumento del número de menores no acompañados, que alcanzó los 1.291, así como la presencia de mujeres, que se situó en 308.

Tras un repunte en el mes de julio, con 4.145 llegadas a Italia, su ministra del Interior, Luciana Lamorgese, acusó a las autoridades tunecinas de “pasividad” y amenazó con suspender las ayudas económicas de su país, que ascienden a 6,5 millones de euros.

Un mes más tarde, las autoridades europeas ofrecieron al país magrebí una ayuda de 11 millones de euros en apoyo a la gestión de sus fronteras.

La isla italiana de Lampedusa se encuentra a tan sólo 160 kilómetros de distancia y los candidatos a la migración clandestina aprovechan las buenas condiciones climáticas para llevar a cabo la travesía.

Por su parte, la sociedad civil tunecina denunció la pasada semana la presión de los países europeos sobre el Gobierno de Túnez para que acepte la expulsión masiva de sus nacionales en situación irregular bajo pretexto de la lucha contra el terrorismo yihadista.

Asimismo criticó el reciente acuerdo firmado con el Ejecutivo italiano, que permite duplicar el número de repatriaciones hasta 160 por semana, e instó a la administración tunecina a rechazar cualquier nuevo acuerdo que ponga en peligro derechos como el de la libre circulación de las personas. EFE

nrm/si

El ministro francés se desplazó el pasado viernes a Túnez en una maratoniana visita regional con el objetivo de reforzar la cooperación en materia de lucha antiterrorista e inmigración ilegal. Una visita marcada por el último atentado perpetrado el pasado 29 de octubre en Francia contra una iglesia en Niza en el que fueron asesinadas tres personas. El presunto autor fue un joven tunecino de 21 años que había llegado a Europa de forma clandestina a través de la isla italiana de Lampedusa.