madrid. España registró el año pasado la cifra más baja de solicitantes de asilo desde 1997, con 5.254 peticiones, y sólo 201 personas consiguieron el estatuto de refugiado, según denunció ayer la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) al presentar su informe anual con motivo del Día Mundial del Refugiado.

El presidente de CEAR, Ignacio Díaz de Aguilar, calificó los datos de “fuera de todo sentido común”, y denunció que “algo no funciona bien” si del total de 800.000 extranjeros que entraron en España sólo se admitieron a trámite 5.000 solicitudes, un décima parte de las que se tramitan en Francia (50.050 anuales).

Aguilar criticó el “carácter restrictivo” de la consideración de refugiado que hace el Gobierno, “propio de la Guerra Fría” e insensible a las “nuevas formas de refugiados, como los motivados por el cambio climático”. El porcentaje de aceptación de solicitudes, sin embargo, aumentó con respecto a 2004, al ser admitidas el 42% frente al 23% de 2004.

España se encuentra “entre los últimos lugares en el mundo” en concesión de asilo con un 5% de las solicitudes, “y en cifras irrisorias de peticiones tramitadas”, apuntó Mauricio Valente, coordinador del informe.

El presidente de CEAR afirmó en que el reducido número de solicitudes se debe a la “externalización de fronteras” más allá de la UE como consecuencia de acuerdos con terceros países, que imponen leyes de extranjería más duras que las de la Unión. Países como Marruecos o Mauritania actúan como un “tapón” que impide la llegada a España de refugiados; de hecho, tras los asaltos a las vallas de Ceuta y Melilla “se vivió la mayor crisis relativa al derecho de asilo en los 20 años” de vigencia de ese derecho en España, dijo.

Sin embargo, el representante en España del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Carlos Boggio, aseguró que España tiene una Ley de Asilo que es “modelo para otros países europeos” al estipular un procedimiento para solicitar el estatuto del refugiado “clarísimo”. >agencias