BALIDE (COSTA DE MARFIL)

«Rezamos todos los días para poder entrar en Melilla»

El Mundo, 21-06-2006

En la conmemoración del Día Mundial del Refugiado, Balide, de 24 años, tiene poco que celebrar. Desde diciembre vaga por Marruecos con un documento del Acnur en el que se acredita su condición de refugiado político por ser de Costa de Marfil.


Cuando vio morir a un amigo acribillado a balazos en plena calle decidió huir de su país. Pero, después de llegar a Marruecos, y pese a haber solicitado asilo político en ese país, sus derechos como refugiado están siendo vulnerados.


Fue detenido cuatro veces por la Gendarmería marroquí a escasos kilómetros de Melilla. Fue esposado, encarcelado y trasladado a Oujda (en la frontera con Argelia), donde fue abandonado en tierra de nadie junto con otros compatriotas, sin alimentos y despojado de su documentación. De nada le ha servido mostrar el papel del Acnur.


«Parece que a nadie le importa lo que estamos sufriendo», afirma Balide. «¿Conocen la UE y la ONU nuestro problema?», pregunta. «Rezamos todos los días para que por fin podamos entrar en Melilla», asegura.


Balide intentó dos veces entrar en Melilla y una de ellas lo consiguió. «Pero la Guardia Civil me devolvió de inmediato a Marruecos», recuerda. Aun presentando el documento del Acnur.


No es el único. Otros subsaharianos, desalentados «por esta incomprensión» y por el reforzamiento del muro optaron por la ruta de las pateras o de los cayucos.


«Yo no sé nadar y no me quiero arriesgar… prefiero entrar de otra manera». Balide se refiere a los dobles fondos que se hacen en los vehículos, donde los inmigrantes se esconden.


Las mafias les piden hasta 1.000 euros, una cantidad que supone los ahorros de toda una familia. «Ya me queda poco para que me envíen ese dinero y quizá tenga suerte y pueda entrar en Melilla», afirma. Mientras tanto, seguirá sobreviviendo en pleno bosque, con un ‘título’ de refugiado junto al pecho que no le ha devuelto la libertad con la que sueña cada día.

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