DEL DIRECTOR
Maniobras aéreas sobre Arguineguín
Defensa está dispuesta a poner aviones pero que Interior pague el combustible
Canarias 7, , 28-10-2020Advertencia: este artículo tiene una cierta dosis, y no menor, de demagogia. Pero a veces es el recurso que queda ante la gravedad que supone ver que quienes gestionan lo público no hacen su trabajo… y les sale gratis. Dicho queda de antemano.
Al presidente del Gobierno de Canarias le sacaron ayer los colores a cuenta de la respuesta del Ejecutivo central al drama de la inmigración irregular, con un repunte que no cesa y con las islas convertidas en puerta de entrada y también en gran centro de retención. A su vez, Torres no ocultó su disgusto con las decisiones de Madrid, que a veces más que decisiones son indecisiones. O una inacción premeditada. Viendo las imágenes de la sesión parlamentaria, dio la sensación de que Torres perdió esa calma que suele transmitir y dejó entrever un soberano enfado. Especialmente cuando admitió que a él también le gustaría que el Ministerio de Defensa abriese instalaciones para una acogida temporal, como se hizo en la crisis de los cayucos. Entonces todo el mundo echó una mano, y no solo mandando a unos soldados a Arguineguín a montar unas tiendas de campaña para luego marcharse a su cuartel.
Y es aquí donde no me queda otra que dejarme llevar por la demagogia. Lo digo porque en las mismas fechas en que Arguineguín sigue convertido en el muelle de la indignidad no de los acogidos, sino de los que no son capaces de dar una solución, el Ejército ha desarrollado en los cielos de Canarias unas maniobras militares que han contado incluso con la participación de pilotos de otro país. Digo yo que los militares franceses que han compartido vuelos con los que tienen base en Gando no se han quedado a dormir sobre una manta al raso en la base situada junto al aeropuerto. Como también supongo que desde los cielos han podido ver perfectamente ese muelle de Arguineguín donde durante muchos, demasiados, días, se hacinan hombres, mujeres y niños cuyo único delito es buscar una vida mejor. Y cuyo mayor problema es hacerlo con un Gobierno español cuyo presidente se estrenó abriendo los brazos al ‘Aquarius’, el barco cargado de inmigrantes al que se le cerraban todos los puertos en el Mediterráneo, y que ahora nos convierte en un barco-isla en el Atlántico.
¡Ah! En su inmensa generosidad, Defensa dice que está dispuesta a poner aviones para los traslados de migrantes a la península, pero que Interior pague el combustible. Y me río por no llorar.
Fin de la demagogia. La incompetencia y la indignidad continúan.
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