ARTÍCULO // EL BILLETE
INMIGRACIÓN Y NEGOCIOS
El Periodico, 20-06-2006Las encuestas nos dicen que la inmigración es uno de los grandes problemas que sufre el país, al tiempo que aparecen informaciones que nos hablan de cómo la inmigración va salvando nuestra economía a base de ir llenando los huecos que deja la población autóctona. Ayer supimos que los inmigrantes cogen el 50% de los traspasos de negocios que hoy se hacen en Catalunya, y también supimos que si se traspasan tales negocios (bares y restaurantes) es porque sus dueños los abandonan por falta de relevo generacional: los jóvenes no quieren dedicarse a ellos. Pero los inmigrantes, sí.
Algo parecido pasa en el trabajo asalariado: los inmigrantes, lejos de reducir los puestos de trabajo disponibles para los autóctonos, los incrementan, ya que favorecen el desarrollo de unos sectores que de otra forma decaerían. Es bien conocido que los fuertes flujos de inmigración que España ha recibido los últimos años son una de las claves del alto índice de crecimiento mantenido en este periodo.
Así son las cosas, aunque la población las perciba de otra manera: una sociedad de inmigración es una sociedad más dinámica en el plano económico (como también en el cultural). Lo que acabamos de saber respecto de los pequeños negocios nos indica que la inmigración está favoreciendo el mantenimiento de la oferta comercial más cercana a los vecinos, y puede evitar que todo el comercio quede exclusivamente en manos de las grandes superficies. No es malo para los barrios que se conserven los pequeños negocios y que se amplíe la diversidad de su oferta.
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