El mismo interés que despierta una historia personal en un director de cine acaba por concienciar al espectador acerca de una problemática. Esa suele ser la dinámica de una gran cantidad de películas de no-ficción, con temática social, como las que predominan en la Semana del Cine Documental Vasco. La sexta edición de este programa se celebrará del 26 al 30 de octubre con una selección de los mejores trabajos con autoría vasca que se proyectarán, a las 19.3 horas, en la gran pantalla de Vital Fundazioa Kulturunea (Dendaraba). La entrada será libre con un aforo reducido a 138 butacas.

Ese carácter reflexivo marca una programación de cuatro largometrajes y tres cortos documentales en los que se trata el drama de los refugiados de guerra, el comercio de armas, los efectos del urbanismo o la importancia de la educación en el desarrollo de cualquier individuo. El ciclo arranca el próximo lunes con ‘Awlad. Hesiak gainditu’, dirigido por los periodistas Ane Irazabal y Cosimo Caridi. Este documental narra la historia de Mohamad, Aya, Hadi y Muzhda, cuatro niños que han dejado atrás la violencia de sus países de origen. Un puzzle acerca de las diferentes fases de huida en el que se reivindica la importancia de las aulas y de los programas de acogida. «Cuenta su día a día haciendo especial hincapié en la educación», avanza Txus Ruano, coordinador de este programa que antes se enmarcaba dentro de la Semana del Cine Vasco. La gran cantidad de documentales producidos cada año hizo que tomara una identidad propia.

‘Bai, bagara!’, de Larraitz Zuazo, cuenta un viaje por Estados Unidos del exrector de la UPV-EHU, Iñaki Goirizelaia, «hacia la singularidad vasca, en la que se desgranan los valores de los vascos con especial interés en la emigración». Una ‘road movie’, cuyo motor es la identidad. Tras la proyección del martes, el propio Goirizelaia participará en un coloquio. Al día siguiente (28 de octubre) se proyectarán tres cortos: ‘Orbainak’, de Jorge Moneo; ‘Artiko’, de Josu Venero y Jesus Mari Lazkano y ‘El infierno’, de Raúl de la Fuente, con el que fue nominado al Goya.

En el coloquio posterior de esta sesión participará Jorge Moneo, uno de los realizadores alaveses más interesantes que en ‘Orbainak’ se sirve de la historia de una familia baserritarra, a través de tres generaciones, para abordar los cambios humanos y la erosión provocada en la naturaleza. Aborda «la crisis contemporánea en un paisaje cada vez más global en el que la propia montaña se ha transformado por la acción humana», señala Moneo acerca de una cinta en la que el ámbito doméstico se intercala inevitablemente con el contexto social.

‘Artiko’, por su parte, es una «una experiencia audiovisual en la que se habla del mundo, del medio ambiente y la creatividad», define Ruano. Por su parte, el aclamado corto ‘El infierno’ trata la dramática situación de la cárcel de Freetown, capital de Sierra Leona, donde los presos sufren desnutrición en unas condiciones lamentables. «Hay un personaje central que estuvo allí y cuenta cómo sobrevivió allí».

‘Muga Deitzen Da Pauosa’, de Maider Oleaga, es el título elegido para la jornada del jueves 29 de octubre. La directora bilbaína, afincada en Vitoria, rescata la historia de Elvira Zipitria, una mujer que creó una escuela clandestina en euskera durante la dictadura franquista. Completa el cartel ‘Guerra Hemen Hasten Da’ (La guerra empieza aquí) que recurre a Ignacio Robles, el bombero que se negó a transportar armamento destinado a Arabia Saudí desde el puerto de Bilbao hace tres años para tratar la ayuda humanitaria en Yemen.

«Vivimos un momento crucial para el sector que necesita todo el apoyo de entidades públicas y privadas, así como del público», indicó Arantza Ibáñez de Opacua, directora de la Fundación Vital acerca del mantenimiento de este programa. La institución también ultima la programación de los Martes Musicales, que arrancará el 3 de noviembre.