Los inmigrantes residentes en la capital gozan de buena salud.Según una encuesta elaborada por el Ayuntamiento, están más sanos, padecen menos enfermedades crónicas, acuden menos al médico y utilizan poco los servicios de salud mental respecto al resto de madrileños. El estudio, presentado por el concejal de Seguridad y Servicios a la Comunidad, Pedro Calvo, fue elaborado en el primer semestre del año pasado a través de 8.500 encuestas a domicilio. El muestreo fue aleatorio y estratificado por edad, sexo y distrito.

En contra de lo que se presupone, los inmigrantes acuden menos al médico (el 21,3%, frente al 27,3% del resto de la población madrileña). Además, el 10% que lo hace se siente discriminado, algo que relacionan, en el 90% de los casos, con su condición de extranjeros.

Asimismo, presentan el mismo riesgo de sufrir trastornos mentales y padecen menos enfermedades crónicas que el resto de los ciudadanos (el 34% tienen diagnosticadas enfermedades de este tipo, frente al 56% del resto de la población).

Según Calvo, esto último se debe a que los inmigrantes son más jóvenes, aunque reconoció que eliminando ese sesgo siguen padeciendo menos enfermedades crónicas, por lo que dijo que no hay una razón clara que explique esa diferencia. José Manuel Torrecilla, director de Madrid Salud, matizó que ello puede obedecer a que los extranjeros que sufren enfermedades crónicas no vienen a trabajar a España.

En el capítulo de los menores de 16 años, el análisis determina que los niños inmigrantes pasan más tiempo solos. El 43% de los que tienen entre 8 y 15 años ven la televisión más de dos hora al día, lo que supone más del doble de lo que lo hacen los niños no inmigrantes de la misma edad. Asimismo, el 54% de los niños extranjeros se sienten más tristes que otros chicos nacidos en España y uno de cada tres inmigrantes tiene un rendimiento escolar regular. A juicio de Calvo, estos datos pueden condicionar el futuro del niño y provocar que sea conflictivo y pueda acabar en alguna banda de delincuentes. «Si un niño pasa demasiado tiempo solo, ve más televisión, se siente más triste y su rendimiento escolar es bajo, podría derivar en problemas de convivencia más graves en un futuro, por lo que es necesario adoptar medidas correctivas entre todas las administraciones».

Sobre la tasa de fecundidad, el estudio señala que el número de nacidos por cada mil mujeres es seis veces mayor entre las adolescentes extranjeras que entre las españolas, datos que se asocian a aspectos culturales y sociales propios de países de origen. Del mismo modo, el número de interrupciones voluntarias del embarazo es también seis veces mayor entre las adolescentes de otras nacionalidades. Sin embargo, la probabilidad de que un embarazo termine en una interrupción es aproximadamente la misma en españolas y extranjeras (54 y 53%, respectivamente), lo que implica que, si las inmigrantes tienen más abortos, es porque también tienen más embarazos.

De la encuesta se desprende que los inmigrantes consumen un 2% menos de tabaco que el resto de la población, mientras el consumo del alcohol es ligeramente superior, un 54,4% de los inmigrantes , frente a los 50% de los madrileños. La mayoría de los inmigrantes (el 65%) tiene entre 25 y 44 años, y el 77% tiene trabajos manuales cualificados y no cualificados, frente al 46% de la población nacida en España. Los ciudadanos de otros países tienen hogares de 22 metros cuadrados de media de superficie por persona, frente a los 33 del resto de la población. Uno de cada cinco comparten casa con personas ajenas a la familia, lo que «crea mayores problemas de convivencia», subrayó el concejal.

Las conclusiones servirán para confeccionar el Plan Salud del Ayuntamiento destinado a corregir y mejorar las deficiencias observadas en materia de salud de los inmigrantes . El plan prevé el fomento de hábitos de ocio saludables no sedentarios entre los niños y la promoción de colaboración entre instituciones para disminuir el fracaso escolar en ese sector de población.