Los cadáveres de cuatro polizones hallados en las bodegas de un carguero que partió de Costa de Marfil hace dos semanas fueron desembarcados ayer en la capital grancanaria. Tres de los cuerpos habían sido localizados a los diez días de navegación, pero el cuarto no fue encontrado hasta ayer, cuando Bomberos y Policía realizaron una inspección del buque a su llegada al puerto grancanario de Las Palmas. Al parecer, la muerte sobrevino a las cuatro víctimas por asfixia.

El granelero ‘C-Akabey’, de bandera panameña, cargó semillas de cacao en Costa de Marfil con destino a Turquía y se hizo a la mar el 6 de febrero. Cuando los cuerpos fueron hallados, el barco estaba ya en alta mar. La tripulación envolvió los cadáveres con plásticos y cinta aislante y los depositaron en cámaras frigoríficas hasta llegar a Gran Canaria, ya que las normas internacionales establecen que el hallazgo de un cadáver o una muerte a bordo obliga a desviar que el barco se desvíe al puerto más cercano.

La hipótesis barajada es que los polizones, todos subsaharianos y sin documentar, se asfixiaron por la fermentación del grano o se intoxicaron con la fumigación que se realiza antes de sellar las bodegas. En cualquier caso, las muertes fueron accidentales, pues los hombres se colaron en el almacén sin imaginar el peligro que ello suponía.