Su organización denuncia que las instituciones se ocupan de la seguridad en las fronteras y de la acogida pero no de los muertos y desaparecidos

-Negar las muertes es negar que hay un problema, es negar que hay gente que muere y que hay un responsable de esas muertes. También es negarles a las familias el duelo y la dignidad de esos cuerpos, que ni siquiera se les identifica. Para saber qué pasa en las fronteras hay que hablar de derechos humanos de los vivos, también en el sistema de acogida, pero es importantísimo también hablar de los derechos de los muertos, de los desaparecidos y de sus familias.

LAS FRASESDESAPARECIDOS«En lo que va de año hemos verificado la desaparición de 23 embarcaciones con más de 700 víctimas»COORDINACIÓN«Debe haber una coordinación o Canarias será un agujero negro de los derechos humanos»

-¿Quienes son los responsables?

- Quienes toman las medidas migratorias. Si hay una alerta, y se ofrece una ubicación y no se ponen los medios necesarios para llegar a tiempo, pues hay un responsable. En condiciones normales, si se produce cualquier accidente o naufragio, habría una investigación y se determinaría quien habría sido responsable. Hablo de responsables directos, porque luego están todos los responsables de las políticas migratorias que provocan muerte, porque el control migratorio da mucho dinero. No se invierte en el sistema de acogida pero se invierte en Frontex, que también está en Canarias. ¿Cuál es el trabajo de Frontex aquí? ¿Cuanto cuesta tenerlo en las islas? Debe haber transparencia porque es muchísimo dinero, dinero que sin embargo no hay en el sistema de acogida.

-Cuando critica que no hay medios, cree que es solo un asunto de dinero, de desconocimiento o detectan falta de voluntad política?

-Es un tema de negocio. La frontera es un negocio. Esto es lo primero que debemos saber. Que mueran las personas o que sufran, da dinero a las empresas que controlan el movimiento y que ahora vendrán a militarizar Canarias, que son las que han militarizado el norte de África, Níger y Mauritania. El control de los movimientos migratorios es uno de los grandes negocios del siglo XXI. Del resto, lo que se hace es parchear. No interesa que las personas dejen de moverse, sino que se muevan en peores condiciones para enriquecer a las empresas y a las industrias criminales.

-Caminando fronteras mantiene que no se dedica ningún esfuerzo ni medio para investigar los naufragios, identificar a los fallecidos o enterrarlos con dignidad e informar a las familias. ¿Cómo se mejora eso? ¿Por donde empezar?

-Lo primero es coordinarse cuando llega la información y que esas desapariciones consten de forma oficial. Cuando hay muertas hay que ser proactivas en la búsqueda de las personas que han muerto, en identificarlas y, si es necesario, esperar para enterrarlos, porque en muchos casos se entierra superrápido. En Marruecos, y dependiendo de la capacidad que tengan en la morgue, pueden esperar hasta seis meses, porque para ellos es muy importante un entierro digno. Y luego están las familias, que pasan muchos meses sin saber si su familiar está vivo o muerto, pero no saben qué hacer ni a quien llamar. Hay un vacío que no reconoce los derechos de los muertos y los desaparecidos porque el enfoque que damos es securitario, tener información para el flujo migratorio, no para recuperar los derechos de esas personas.

-No hay interés por visibilizar a los fallecidos o desaparecidos

-Claro, porque si invisibilizas a las personas muertas, tampoco tienes victimarios, no está pasando nada y puedes continuar con las mismas políticas. Además, una muerte también tiene consecuencias legales, pues para volver a casarse o cuando se trata de una herencia, es preciso que haya una certificación de que la persona está muerta.

Pide la coordinación no sólo de los ministerios con competencia directa sino de otros como Igualdad, Inclusión o Fomento -responsable de Salvamento

-Es que siempre prima el foco de Interior y es terrible, porque estamos hablando de personas, a las que hay que hacerles una acogida integral y respetarle todos sus derechos. Se deben coordinar las administraciones para facilitarles una acogida o un enterramiento que tenga en cuenta que es un ser humano, no una mercancía. De otro modo, Canarias se convertirá en un agujero negro de los derechos humanos.

-¿Entiende usted el argumento de que no hay derivaciones para no generar un efecto llamada?

-No hay efecto llamada, sino de salida, de expulsión de los territorios porque los migrantes dicen que no tienen derecho a migrar pero tampoco a no migrar. Desde Mauritania han llegado muchos chicos de Malí porque ha habido un golpe de estado con responsables políticos y porque no quieren que las riquezas del país las gestionen los malienses, sino los europeos. Ahora llegan de Senegal muchos pescadores porque las grandes empresas europeas han esquilmado sus bancos pesqueros. Trabajemos en el efecto salida y hagamos una política más profunda, que no pasa por bloquearlos aquí, eso es una política torpe que violenta los derechos de los canarios y de los migrantes, y además da alas a la extrema derecha. En España no se han tomado las medidas a tiempo, y si no se pone en el centro a las personas, no se las dignifica, y se da la impresión de que la situación es caótica o de que hay una avalancha, se abona el campo al fascismo. También debe haber una política de solidaridad de otros territorios.

-¿Cuantas personas desaparecidas han registrado este año?

-Este año tenemos constancia de la desaparición de 23 embarcaciones y más de 700 personas desaparecidas solo en la ruta canaria, que es de las más peligrosa del mundo después de la libia. Pero en España la información no fluye, solo sirve para el control, no para los derechos.