El incendio de septiembre del campo de Moria ha agravado la situación de los refugiados. Hay miles de personas que duermen a la intemperie; los más protegidos son los que han conseguido salvar una manta. Los vecinos impiden que se reconstruyan las carpas y el Gobierno griego ha advertido que los refugiados no saldrán de Lesbos. Los refugiados de Moria sufren el cambio de actitud de la Unión Europea y de Grecia: hace cinco años hubo acogida, ahora hay confinamiento. Moria es un gran anuncio disuasorio contra la acogida. La región del mundo, Europa, que debería distinguirse por su humanidad, con 500 millones de habitantes, tiene miedo de 13.000 desheredados. Moria muestra la peor cara de Europa.