Madrid, 17 sep (EFE).- El ministro de Asuntos Exteriores de Malta, Evarist Bartolo, ha celebrado este jueves que el barco de la ONG española Open Arms, con 275 migrantes a bordo, haya recibido autorización para desembarcar en Palermo después de que su país les rechazara porque sus centros de acogida, según ha dicho, “están repletos”.

“Nos parece fenomenal que haya una buena resolución a la saga del Open Arms, que ahora están en Palermo”, ha asegurado Bartolo en una rueda de prensa tras reunirse con la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, para analizar los problemas del Mediterráneo.

Bartolo ha dicho que, cuando la ONG pidió ayuda el pasado martes, Malta negó el permiso de desembarco y ha añadido: “No podemos acogerles, nuestros centros están repletos, tan hacinados que no podemos acoger a nadie más”. El ministro ha señalado que a los 2.400 inmigrantes llegados este año a la isla hay que sumar los 3.400 que llegaron el año pasado.

“Para nosotros es una cifra enorme que no podemos acoger”, ha subrayado.

En su opinión, este caso “demuestra lo vulnerables que estamos en Malta, Italia o España, toda Europa en su frontera sur”.

Se trata de una zona en la que casi no hay agentes estatales ni instituciones oficiales, tan solo los barcos de los inmigrantes , a veces los de los guardacostas libios cuando funcionan y los barcos de las ONG, que cuentan con la ayuda de pequeñas aeronaves que sobrevuelan la zona e informan a los inmigrantes de dónde están las ONG y dónde los guardacostas, para que puedan evitarlos, ha explicado.

“No nos plantea problemas que las ONG salven personas, nosotros también los hacemos en nuestra zona de rescate, pero está el tema de qué pasa con las personas que se rescatan, dónde se van a desembarcar”, ha planteado.

Así pues, Europa debe decidir de manera solidaria dónde deben ir las personas rescatadas en su frontera sur, si de vuelta al país de procedencia o al país del pabellón del barco que los rescata.

Bartolo ha recordado que, a principios de agosto, el buque danés Maersk Etienne rescató a 27 migrantes que pasaron “unos 38 días en el mar porque nadie quería acogerlos: Túnez no los quiso aceptar y Dinamarca decía que eran muchos”.

“Dinamarca no podía aceptar a 27 personas; 27 eh?, no 2.700”, ha señalado Bartolo.